T.O. XXXIV –C - (Lucas 23, 35-43) 21 de noviembre de 2010




Rey de Universo
“Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”
Si yo te digo que “Tú eres rey (o reyna)” seguramente ya te estás riendo irónicamente. Yo también lo hice cuando en una charla de preparación para el bautismo me dijeron: “Tú eres rey” y aún más: “profeta y sacerdote”.  En serio, ¿Tú, crees que eres rey (o reyna)? ¿Por qué?

Uno puede reaccionar mirándose en el espejo y comenzar con la primera ironía o el primer cuestionamiento (aclaro: para Dios no hay feos ni feas, o sea tengo opción). No se trata del rey apuesto y millonario, recuerda que Jesús hasta tomó prestado el borrico para entrar como Rey en Jerusalén. Tampoco de la reyna de belleza (aunque sin talento- es mi prejuicio), ellas no reinan, muestran lo que Dios les regaló. Deberái preocuparnos hacernos cada día más semejantes a Dios que imagen retocada de modelos de TV.

A propósito a algunas reinas les preguntan ¿Qué harás cuando seas elegida reyna? Suelen responder que trabajarán por la ecología, y terminan vendiendo perfumes y desodorantes (pobre capa de ozono). Estamos acostumbrados a ver el éxito en las apariencias, por eso podrás identificar a personas con la mejor ropa y una gastritis más profunda que su lenguaje.

Pero, todavía queda la duda de por qué decir que tú eres rey (o reyna). La historia recuerda al Rey David como un ejemplo: tiene la voluntad de hacer lo que Dios le pide y aunque también cae en pecado busca regresar al camino y servir a su pueblo. Una primera pista es ¿Qué haces cuando sientes que tu vida no tienen sentido? ¿Quién te acompaña en los momentos difíciles? ¿Cómo el Dios invisible se hace visible?

El rey o la reyna suele ser libre y hablar la verdad. Es el don de gentes que se tiene para no esconderse y salir de las tinieblas, es dejar de burlarse de los que sufren. Por ejemplo, leyes de amnistía, Liquidación de la caja del pescador, leyes que castiguen ejemplarmente (crucifícarlos) a quienes protestan,… versos democracia, el Perú avanza, crecimiento económico,… ¿acaso no es la burla del año?

Pero si hablamos del Rey del universo estamos hablando de alguien que puede perdonar a una prostituta, visitar la casa y atraerlo a un abusivo cobrador de impuestos y salvar de la muerte definitiva a un mal hechor – ladrón- e integrarle a su Reino. ¿Por qué no nos robamos la salvación reconociendo al justo, al inocente, al débil, al Hijo de Dios?

Aclaración:
La Iglesia celebra hoy la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo, instituida en 1925 por el papa Pío XI y programada después del Concilio Vaticano II (1962-1965) para el último domingo del año litúrgico, antes de comenzar el tiempo del Adviento en el que nos prepararnos para la Navidad. Reflexionemos sobre el significado de este título con el que reconocemos a Jesús, a la luz del texto anteriormente leído del Evangelio según san Lucas, y teniendo en cuenta las demás lecturas bíblicas de este domingo: 2 Samuel 5, 1-3; Salmo 122 (121), 1-2. 4-5; Colosenses 1, 12-20.



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