Domingo V del tiempo ordinario – Ciclo B (Marcos 1, 29-39) – 5 de febrero de 2012





“Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios”

“Mara” trabaja con mucha dedicación. En su trabajo ahora ocupa un puesto directivo. En los últimos días está incómoda por el sistema de trabajo, pasa largo rato analizando junto a su amiga lo que debe cambiar. Critica a quien ocupaba su puesto. Se ha dado cuenta de que todos los trabajadores son ineficaces y le desespera que el tiempo pase muy rápido. Crítica duramente, incluso a su esposo que parece no dedicarse a sus hijos.
Dicen que una vez en un convento un fraile estaba sufriendo trastornos mentales, un día alguien escuchó la triste historia y fue al convento para visitar a dicho fraile, en el ingreso encontró a un fraile y le preguntó por el fraile que está “medio loco”, éste contestó: “están en todas las habitaciones”. El visitante, justo preguntó a quien estaba con trastornos mentales.
Trastornos mentales, “medios o completamente locos”, “lunáticos”, mal humorados, heridos por la vida, prejuiciosos, mal pensados,… Todos acudía a Jesús para ser sanados, él los sanaba, sus palabras tienen tal autoridad.
Jesús, desde la intimidad con Dios, va alimentando la vida y dando la salud a las personas. No es un milagrero, pone el evangelio frente a las miserias de la vida.
Jesús va luchando contra el sistema de ideas, prejuicios, “locuras” que afectan y dañan a los demás. Si “Mara” sólo destaca lo negativo de las personas que la rodean, no mira con esperanza, no pone el trabajo en las manos de Dios, no goza de la intimidad con Jesús,… obviamente, responderá como el fraile “medio loco”: “están (los locos) en todas las habitaciones (puestos, funciones)”.
Nuestras miserias no siempre deben esconderse tirando el barro a los demás. Debemos sanarlas, pedir a Jesús que nos ayude a vivir la pasión por ser felices que todos llevamos dentro.

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