Ni una palabra más
“Ni una palabra más” era la frase que cerraba los acuerdos que teníamos, en medio de historias, anécdotas, chistes de colores, reflexiones,.. en RSD con don Napoleón Quiroz.
Esta mañana la noticia de su partida a la presencia de Dios Padre me dio tristeza, aunque seguramente él se reiría irónicamente diciendo: “no hay de qué preocuparnos, he gozado la vida”. ¡Espérenos don Napo, el tiempo ya no es un problema!
Disfrutábamos de su voz cálida, del “Oh jovencito moderno, tú que vistes blou jean y terno, desintoxica tu cráneo…” la familia de RSD grabó en su memoria su sello de presentación de la “Historia de la Canción Criolla”. Hoy pasa a ser un símbolo, aquello que une lo natural con lo sobrenatural, lo que expresa más allá de las palabras.
Cada vez que tocaba la puerta con un llamado amical a su socio (Dave) era la oportunidad para dejar la fatiga de la mañana y aprovechar los escasos minutos de su paso a cabinas para un chiste o una anécdota o una voz de protesta.
Don Napo era como un padre de la familia RSD, jugaba, hacía teatro, cantaba, era poeta, bailaba, como un “chiquillo” (así se llamaba él). La Navidad, los cumpleaños, el día del padre y toda actividad era el vino de la alegría, nuestra familia.
“La historia de la canción criolla” en RSD seguirá sonando, don Napoleón seguiría cantando, era un diamante de la esperanza y del optimismo. Como en la experiencia y en las historias se adelanta en el camino, Dios le quiere cerca, allí es cuando entendemos el misterio de la presencia más allá de lo físico.
Chimbote, ora. Oramos todos por él. Le pedimos que siga con nosotros, que la cabina llevará su voz. Nos unimos a sus familiares en el sentimiento y sólo les decimos como lo haría don Napo: “La muerte no es un problema, Dios está de nuestro lado, somos sus hinchas”.
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