Feliz Navidad de Jesucristo


Domingo La Natividad del Señor – Ciclo C (Lucas 2, 1-14) 25 de diciembre de 2012

“Será motivo de gran alegría para todo el pueblo”

NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

La Navidad no es solo Navidad, es el nacimiento de Jesucristo. No es poco que Dios -por puro amor- se haga hombre para que la vida brote como torrente en nuestra existencia y se encamine a lo divino. Por ello es la fiesta del amor puro, los corazones dóciles a esta Gran Noticia celebran con gozo. ¿Celebraré la natividad de Jesús?
El Hijo de Dios nace en una Familia Sagrada. María, una mujer que no culpa a nadie de su embrazo, no reniega de ser madre, sino que  pide instrucciones, confía y camina para llevar Buenas Noticias a su Prima Isabel (no chismes), solidaria en el dolor. Llevar en su vientre a Dios la compara con el Arca de la Alianza que contenía los panes ázimos y la Ley de Moisés para habitar entre las tiendas de los judíos errantes en búsqueda de pastos para sus corderos. La humildad no sólo es de María, también de José, un hombre profundamente comprometido con Dios, cuida a María, cuida al Hijo de Dios.
Dios se encarga de decirles: “No teman”. María, José, los pastores tienen la alegría de perder el miedo a los poderes de Herodes, de la opinión de la gente, de lo convencional. Perder la adicción al  consumismo brillaría en nuestro corazón la Buena Noticia, los sentimientos rancios desaparecerían, la desesperación del tener sedería al ser, el conflicto a la comunión.
La noche buena siempre marca momentos históricos, los corazones se revelan, los abrazos no se niegan. Así pues, la Navidad de Jesús no se celebra sólo por el hecho de estar en familia, gran apoyo si se contempla la Familia Sagrada; los que están solos, lejos, distanciados,…  también, como los pastores, insignificantes y solitarios en los campos reciben la Buena Noticia. Dios no nace sólo para los que celebran con banquete y fortalecidos por sus seres queridos; los pobres, los despreciables también pueden contemplar su nacimiento, fortalecidos por el perdón de Dios y la alegría de su Palabra.
Jesús no nace con el estómago lleno, tampoco con el conjuntito nuevo. Nace en la humildad de un pesebre, junto a los animales, la fortaleza de un toro, la sencillez de un asno, no es corneado ni pateado. La indiferencia de su gente, el desprecio,… no impidió el nacimiento. Entonces, se celebra la Navidad de Jesucristo, no “Feliz Navidad” 50% de descuento; el nacimiento del Hijo de Dios en tu corazón, no en la comida ni en la ropa; en la intimidad no en la bulla; en lo sagrado de la familia, las inclemencias y hostilidades sólo son dificultades en la vida.

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