Solemnidad del Corpus Christi - Cuerpo y Sangre de Cristo - historia
Alimento cercano y sencillo
La misa de Bolsena (en italiano, Messa di Bolsena) es un fresco
del artista Rafael Sanzio.Solemnidad del Corpus Christi
Año litúrgico 2020 - 2021 - (Ciclo B)
Las moniciones en las eucaristías con frecuencia introducen el ofertorio: “presentamos el pan que se convertirá en cuerpo de Cristo y el vino que se convertirá en sangre de Cristo”. Pero, detente un instante, ¿comprenden lo que están diciendo? No te sorprendas, es difícil, se han escrito tratados teológicos sobre la eucaristía. La pregunta sorprendente es ¿cómo se inició y se mantiene en el tiempo como el sacramento culmen y central de todo cristiano, especialmente como un banquete para los ‘más sencillos’?
Muchos se detienen a especular en quién es digno o no de recibir la Eucaristía. Pocos hacemos “mea culpa” para saber por qué es tan importante recibirlo. Quizá te deba
contar una historia que me afecta interiormente:
Un sacerdote dudaba de la presencia real de Jesús en el pan y el vino. En el año 1264 el Padre Pedro de Praga, Bohemia, dudaba sobre el misterio de la transustanciación del Cuerpo y de la Sangre de Cristo en la Eucaristía. Sus dudas eran fuertes, no se sentía bien porque no abarcaba comprenderlo y menos creerlo. Teniendo en cuenta que el banquete eucarístico es un alimento cotidiano del sacerdote, debes imaginar la crisis interna.
El padre Pedro de Praga, alemán, decidió hacer una peregrinación a Roma para pedir sobre la tumba de San Pedro la gracia de una fe fuerte. A su regreso, pasó por Bolsena, mientras celebraba la eucaristía en la cripta de la mártir Santa Cristina, la Sagrada Hostia sangró llenando el Corporal de la Preciosa Sangre. El sacerdote quedo atónito.
En Italia se registran otros milagros eucarísticos como el de Lanciano (750 d.C.), la real presencia en la basílica de San Francisco de Siena (1730) supera la ley física y química, 223 hostias consagradas (14 de agosto de 1730) fueron profanadas por ladrones y recuperadas, hasta la fecha no se han descompuesto. En Polonia, el milagro de Legnica (2013), en Buenos Aires, Argentina, tres milagros, 1992, 1994, 1996.
La presencia real de Jesús seguirá sorprendiéndonos con su cercanía. Sólo nos queda pedirle mas pan y vino para solucionar el hambre, mas Cuerpo y Sangre para alimentar la fe.
Ahora, mucho respeto con las personas sencillas, amantes de la eucaristía. Se sienten alimentados como en la última cena, en medio de la turbulencia reciben la gran herencia de Jesús: Pan y Vino
El Papa Francisco
“Cuando celebramos la Misa, no hacemos una simple representación de lo que pasó en la Última Cena. ¡No! Es precisamente la misma Última Cena. Es vivir realmente la Pasión, la muerte redentora del Señor una vez más. El Señor se hace presente en el altar para ser ofrecido al Padre por la salvación del mundo. A veces oímos o decimos: 'Pero, no puedo, ahora, tengo que ir a misa, tengo que ir a oír misa'. La misa no se ‘oye’, en la misa se participa porque la Eucaristía es una verdadera conmemoración, es decir, es una teofanía en la que Dios se acerca y está con nosotros y nos hace participar en el misterio de la redención”. (Santa Marta 10 de febrero de 2014)
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 14, 12-16. 22-26
El primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:
«¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?»
Él envió a dos discípulos, diciéndoles:
«ld a la ciudad, os saldrá al paso un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Cuál es la habitación donde voy a comer la Pascua con mis discípulos?"
Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, acondicionada y dispuesta. Preparádnosla allí»
Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la Pascua.
Mientras comían, tomó pan y, pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:
«Tomad, esto es mi cuerpo.»
Después, tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron.
Y les dijo:
«Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».
Después de cantar el himno, salieron para el monte de los Olivos.
La misa de Bolsena (en italiano, Messa di Bolsena) es un fresco del artista Rafael Sanzio.
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