TO XXIV, B: “ El que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará ”

La crísis de la pérdida en la vida

 

Christ the Saviour (Pantokrator), a 6th-century encaustic icon from Saint Catherine's Monastery, Mount Sinai.


XXIV Domingo del tiempo ordinario, Año litúrgico 2020 - 2021 - (Ciclo B)

 

Si confiesas tu fe en Jesús parece que debes hacerla con cuidado porque quizá resulte no ser tan cristiana. Para tener claridad, es más fácil definir quién es Jesús que analizar nuestra relación con él; definirlo es teórico, con una cuantas neuronas se supera; pero nuestra relación ya muerde nuestra carne, nuestros interese y todo lo que implique dirigirnos a Jesús.

 

¿Quién es Jesús para ti?

No te esfuerces tanto en responder a esta pregunta, puedes ir al Catecismo de la Iglesia Católica y encontrarás la definición de Jesús, Cristo, Hijo único de Dios, Señor (Cfr. CEC 430-451), y para facilitarte transcribo el resumen:


452 El nombre de Jesús significa "Dios salva". El niño nacido de la Virgen María se llama "Jesús" "porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1, 21); "No hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos" (Hch 4, 12).

453 El nombre de Cristo significa "Ungido", "Mesías". Jesús es el Cristo porque "Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder" (Hch 10, 38). Era "el que ha de venir" (Lc 7, 19), el objeto de "la esperanza de Israel"(Hch 28, 20).

454 El nombre de Hijo de Dios significa la relación única y eterna de Jesucristo con Dios su Padre: el es el Hijo único del Padre (cf. Jn 1, 14. 18; 3, 16. 18) y Él mismo es Dios (cf. Jn 1, 1). Para ser cristiano es necesario creer que Jesucristo es el Hijo de Dios (cf. Hch 8, 37; 1 Jn 2, 23).

455 El nombre de Señor significa la soberanía divina. Confesar o invocar a Jesús como Señor es creer en su divinidad "Nadie puede decir: "¡Jesús es Señor!" sino por influjo del Espíritu Santo"(1 Co 12, 3).


¿Cómo va mi relación con Jesús?

En las relaciones humanas si no logramos conocernos y aceptarnos nos aislamos, juzgamos, estamos condicionados por nuestros prejuicios. Es absurdo amar a quien no se conoce, es un error vivir con quién no hay comunicación, es estresante y peligrosa la oscuridad y los enredos sentimentales y conceptuales. Jesús con sus preguntas quiere superar las ambigüedades y dar claridad a su proyecto, aunque Pedro intentará mostrarle lo absurdo y poco político de sus palabras.


-       Confesión Mesiánica de Pedro. Inicia una pedagogía del entendimiento del Camino del Mesías. Pedro, no sólo sabe la respuesta clásica del “catecismo” sino que en su corta experiencia esta flechado por las palabras y obras del Mesías. Ha pasado el primer nivel de aprendizaje y ahora, a Pedro – y discípulos- les viene un llamado al silencio mesiánico, a no hablar más de que Jesús es el Mesías. Pues, es natural, Jesús ha lanzado un sondeo sencillo y se ha dado cuenta de la respuesta ambigua, aunque emotiva, y falta aclarar mejor el concepto de Mesías.


-       El Mesías y el sufrimiento. El camino que inicia Jesús y sus discípulos hacia Jerusalén es el camino a la cruz, incluye el sufrimiento. ¿Qué cosa, el sufrimiento acompaña a los seguidores de Jesús? Sí, yo también estoy sorprendido -como Pedro- porque esperaba puras flores y bonitas escenas piadosas, y ahora resulta que incluye el dolor de la pasión en la cruz. La pedagogía del entendimiento del camino sufriente del Mesías los acompañará hasta la imitación de Cristo, toda la vida.


-       Un mesianismo no cristiano. El sondeo de Jesús llega a la bisagra del conflicto, Pedro quiere corregir a Jesús, la cruz le parece un error. La siguiente frase explicativa nos inyecta un frio y absurdo camino: “El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días”.


-       Líder o camino. Pedro ha reconocido a Jesús como el Mesías y ahora por qué no comprende el camino a la cruz y la resurrección. Se podría decir que Pedro esperaba a un Mesías impositivo, que luche como un guerrero y destierre al poder del Imperio Romano y tenga el trono de honor. Pero resulta que Jesús no es un líder nacionalista sino un camino, un proyecto de vida. ¿Es absurdo que Dios sufra y nos haga sufrir?


-       Proyecto de vida. Aunque Pedro lo increpó por separado, Jesús le vuelve a la escena ante todos los discípulos y le (s) increpa. Así como Pedro confesó al Mesías en nombre de todos, así también se les aclara el proyecto a todos. La piedra que pone Pedro es quitada por el mismo Jesús. ¿Qué significa seguir a Jesús? Se traduce en la vida que se entrega. Es decir, la relación con Jesús es una entrega de alma, corazón y vida, que de seguro te sigue sonando absurdo.


-       Seguir a Jesús. Jesús no es un líder político, seguirle sólo así no sería cristiano. Pero Jesús tampoco se aleja de la justicia social, la fe y las obras, el Evangelio y la vida, van en un equilibrio para la vida. Si el hombre pierde el alma se queda vacío, el sentido está en una vida al servicio de la libertad.


La crisis que tienen los discípulos en cuanto a su relación con Jesús es tuya y mía. Es decir, puede parecerte absurdo en un ámbito donde la felicidad significa comprar, el éxito es tener, la alegría es consumir. Cómo renunciar a nuestros intereses para la preponderancia de la justicia, de la paz, del amor, del bien común. En este sentido, la crisis de Dios parece ser la crisis de nuestras relaciones, de cómo las entendemos y las llevamos, de cómo las presentamos y en realidad son. 


Palabra del Papa Francisco

Esas mismas preguntas se nos vuelven a proponer a cada uno de nosotros: «¿Quién es Jesús para la gente de nuestro tiempo?». Pero la otra es más importante: «¿Quién es Jesús para cada uno de nosotros?». Para mí, para ti... ¿Quién es Jesús para cada uno de nosotros? Estamos llamados a hacer de la respuesta de Pedro nuestra respuesta, profesando con gozo que Jesús es el Mesías liberador, el Hijo de Dios, la Palabra eterna del Padre que se ha hecho hombre para redimir a la humanidad, derramando en ella la abundancia de la misericordia divina. ÁNGELUS 19 de junio de 2016


 

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 8, 27-35

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino, preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que soy yo?»

Ellos le contestaron:
«Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas».

Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy?»

Pedro le contestó:
«Tú eres el Mesías».

Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.

Y empezó a instruirlos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».

Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:
«¡Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».

Y llamando a la gente y a sus discípulos, y les dijo:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará. Pues ¿de que le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?».

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- Homilética

- Comentario bíblico

- Comentario exegético y pautas para la homilía


Pintura:

Christ the Saviour (Pantokrator), a 6th-century encaustic icon from Saint Catherine's Monastery, Mount Sinai.

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