«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?»
Tu familia también es modelo, mira a tus padres, a tus hermanos, tenerlos es ya un gesto divino. El reto seguirá siendo la comprensión, el entendimiento.
Archivo:Sagrada Familia con San Juan Bautista y Santo Domingo (Angelino Medoro)
La Sagrada Familia
Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C)
Una familia en la que el hijo es comprendido paulatinamente
La comprensión es el desafió actual para todo miembro de una familia. Parece fácil porque a un hermano le conoces al menos los años que tienes, pero es difícil comprender el por qué de algunas actitudes. El padre y la madre que lo engendraron, lo vieron nacer y crecer, no comprenden al hijo. La complejidad de caracteres no debe apagar las carcajadas que también se generan en las conversaciones. De seguro, el lugar más auténtico e íntimo es el hogar, la familia, por ello es un imperativo humano y divino cuidarlo.
Los desesperados padres, María y José, buscan a su hijo Jesús. Te imaginas todo lo que puedes andar pensando, revisando cuál fue el momento que viste a tu hijo, las palabras que dijo, si había algún sospechoso, si puede hacer algo la policía, si tienes una foto reciente del niño,… María y José buscan a Jesús durante tres días. Más que una noticia desesperante, las palabras del niño Jesús son una aclaración de la escena, una fijación de que es hijo, Hijo de Dios. Para Jesús parece evidente y natural ir a la casa de su padre, el templo. Sus pasos no se pierden en el camino de búsqueda de su Padre, al tiempo sus padres van comprendiendo.
Familias diversas y poco convencionales
La familia está diversificada actualmente. No entro en detalles, sólo que el ser humano necesita de una familia. Y si alguien quiere formar una, lo hace por amor, confiamos. ¿Cómo se conforma tu familia? La misma Familia Sagrada no es convencional, José no es el padre de Jesús, María es esposa pero no tienen más hijos, sigue Virgen por un acto milagroso de Dios. María y José huyen a Egipto para evitar que Herodes mate a Jesús, son migrantes, José, obrero, trabaja para mantener al hijo de Dios, José tienen placenteros sueños para recibir orientaciones del mismo Dios.
Familia modelo como la tuya
Entonces, ¿qué caracteriza a una familia modelo? Es una familia original, sólo Dios sabe cómo la va guiando. Tienen una historia llena de desafíos, emprendedores de un camino juntos para preservar la vida, para compartir las alegrías, para unirse en las preocupaciones. José habla poco, pero está cuidando de la Virgen; ella confía en Dios y persevera en su fe, se alegra con Isabel por los frutos que llevan en su vientre: Jesús y Juan el Bautista.
Tu familia también es modelo, mira a tus padres, a tus hermanos, tenerlos es ya un gesto divino. El reto seguirá siendo la comprensión, el entendimiento. Todos quieren la felicidad y la alegría, la paz y el amor divinos. Al final de la vida, recordar los momentos de emociones fuertes llenos de vitamina de amor te hará sentir el milagro de vivir, la esperanza en tu hermano, tu hermana es como una madre, y tu hermano como un padre, es el abrazo de Dios.
La Navidad en tu familia
En este misterio de Navidad, si alguna vez fallas, te conviertes en motivo de desunión, regresa, tu familia te tolera; si te equivocas pide perdón y sé una persona nueva; si sientes que tu carácter y los conflictos internos, tus propias frustraciones, etc te han convertido en una pesadilla para tu familia, por favor, busca la salud espiritual, psicológica, emocional. A Jesús le llamaron loco, avisaron a sus padres para ir por él; pero ellos guardaron prudente distancia, respetaron su propia decisión, y dejaron seguir el misterio de Dios en su vida.
En esta Navidad, abre la puerta de la casa de la Sagrada Familia, déjate atrapar por su misterio que en el fondo es tu propio misterio. Están José y María, está el niño, acércate, su sonrisa tierna y su fragilidad te pueden iluminar la vida. Esta familia no te ofrece un banquete porque su país está en guerra, no te regala vestidos de las mejores marcas porque también tienen frío, no te da los mejores dulces porque su austeridad de migrantes les posibilita sólo una tizana. En ese silencio, esta familia, te abre la puerta, te da la mano, de saluda, te sonríe, y te pide contemplar el misterio de la esperanza, de la justicia, de la paz. Esta familia es tu familia.
Palabra del papa Francisco
En el Evangelio vemos que incluso en la Sagrada Familia no todo va bien: hay problemas inesperados, angustia, sufrimiento. No existe la Sagrada Familia de las estampitas. María y José pierden a Jesús y lo buscan angustiados, luego lo encuentran después de tres días. Y cuando, sentado entre los maestros del Templo, responde que debe atender los asuntos de su Padre, no lo entienden. Necesitan tiempo para aprender a conocer a su hijo. Así es también para nosotros: cada día, en la familia, hay que aprender a escucharnos y comprendernos, a caminar juntos, a afrontar los conflictos y las dificultades. Es el reto diario, y se gana con la actitud adecuada, con pequeñas atenciones, con gestos sencillos, cuidando los detalles de nuestras relaciones. (…) ¡Cuántas veces, por desgracia, nacen conflictos dentro de las paredes del hogar como resultado de silencios demasiado largos y egoísmos no curados! (…) esto rompe la armonía y mata a la familia. Pasemos del “yo” al “tú”. Lo que debe importar más en la familia es el “tú”. Y cada día, por favor, recen un poco juntos, si pueden hacer el esfuerzo, para pedir a Dios el don de la paz en familia. ¡Y comprometámonos todos ―padres, hijos, Iglesia, sociedad civil― a apoyar, defender y proteger la familia que es nuestro tesoro! Que la Virgen María, esposa de José y madre de Jesús, proteja a nuestras familias.
(Ángelus, 26 de diciembre de 2021)
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 2, 41-52
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua.
Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.
Pintura
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