Domingo XVII Ordinario – Ciclo A (Mateo 13, 44-52) – 24 de julio de 2011



“El reino de los cielos es como un ...”

Tesoro y perla


No sé si lo que les cuente sea un tesoro escondido o una perla, o la suerte o la búsqueda impulsiva de un mercader. En ambos casos se trata de algo valioso, tan valioso que uno puede ser capaz de vender todo para adquirirlo. ¿Estamos dispuestos a todo por el tesoro o la perla?

“Charly”, joven educador, cada día se esfuerza por aplicar todo lo que aprendió en la universidad. Desarrolla los planes de aprendizaje, es disciplinado, busca brindar buena formación profesional, tiene grandes aspiraciones,… Se ha dado cuenta que sus estudiantes no han logrado los objetivos trazados. De pronto, la universidad no te enseña todo. En el mundo de la competencia todos se consideran o fingen sabiduría ¿Cuál es la perla?

En una convocatoria para ocupar un puesto de trabajo se presentaron muchos currículos, licenciados, magísteres, bien capacitados, políglotas y con recomendaciones “influyentes”. Mientras esperaban para el examen, uno de ellos hablaba de los puestos que ha ocupado y de los países recorridos en su trayectoria notable. Se necesitaban sabios más qué currículos. Corazón “escuchante”. ¿Dónde está el tesoro?

En un viaje a la selva salimos a pescar con unos niños que sus cuerpos parecían sostenidos por el viento. Reclamé por el camino el anzuelo o la atarraya (red), una cuchilla, un depósito para no ensuciarlos,… Fuimos sin herramientas. Al llegar los niños parecían peces y con habilidad y astucia de pescadores empedernidos comenzaron a sacar peces de debajo de las piedras, pasarles una rama pelada por las agallas y la boca. ¿Qué es la sabiduría?

Mi padre suele repetir el refrán: “oveja que vala pierde bocado”. En muchas entrevistas me encuentro con personas que pueden hablar tres horas de sí mismas, sus relaciones “influyentes”, sus gustos, los últimos chismes,… al final no aterriza en algo concreto. Han (todos hemos)  recibido algo de Dios, están orgullosas de tenerlo, pero no lo utilizan para lo que es. ¿Y si tienes el tesoro cómo lo utilizas? ¿Puedes lucir las perlas?

“tienes la posibilidad de ser feliz, vivir con lo que realmente vale en esta vida”. Es una frase que me ha dejado como buena noticia la visita de una señora anónima que fue contagiada en una trasfusión sanguínea y hoy vive los últimos síntomas de su enfermedad. Ella sólo quería pedir perdón y perdonar, vivir con dignidad sus últimos días.

Creo que estoy escribiendo mucho ¿Dónde estará la sabiduría? ¿Cómo conseguiremos el tesoro? ¿Dónde distinguir la perla para dar todo por ella?

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