XXIII Domingo del tiempo ordinario (A): La corrección fraterna, cuidar a tu hermano

Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano.

 

Este pasaje se refiere a la forma en que los creyentes deben abordar los conflictos dentro de la comunidad cristiana y la importancia de la unidad y la oración en el nombre de Jesús. Jesús enfatiza la importancia de la reconciliación y la resolución de disputas entre hermanos en la fe, así como la promesa de su presencia en medio de los creyentes que se reúnen en su nombre.

 

Corrección fraterna


XXIII Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A)

 

 

Vecinos frágiles

Si no eres capaz de dialogar no esperes comprender o ser comprendido. El diálogo es una plataforma sinodal porque no se queda en el mero capricho o posición personal, sino que en el camino se contrasta con otra persona, con más personas que entiendan los entretejidos de su comunidad.

 

Es un principio necesario ser buenos vecinos, pero la unión y comprensión son frágiles. A menudo, ironizamos a los vecinos que conversan cada uno, o una, desde su balcón. Las diferentes versiones que salen del empoderamiento que les brinda el balcón no dejan de ser un testimonio de la verdad o una posición personal de las cosas.

 

En esta dinámica dialogante no se puede dejar al vecino hablando solo o sin decir una palabra. Soy su prójimo y es mi prójimo. Así germina la corresponsabilidad, el cuidado del bien común, la seguridad y los eventos solidarios.

 

Jovita y su esposo fueron los primeros que llegaron para poblar una ciudad. Los vecinos supieron que estaba enferma y sola, entonces organizaron un evento solidario. La viuda Jovita estaba emocionada, un buen día, en su parroquia, pidió dar unas palabras de agradecimiento, todos se sentaron a escucharla: “Hoy quiero agradecerles a cada uno de ustedes: a nuestro párroco por su alegría mostrada desde que aprobó mi curso de matemáticas; al vecino que cada mañana lava su carro, al joven que llega borracho a llorar, a la gordita que visita al mecánico, al vecino que trae en su moto a sus amigas, etc.” la gente iba saliendo, Jovita no recordaba los nombres o los confundía.

 

No podemos dejar que la gente sufra, como tampoco queremos escuchar a Jovita caracterizarnos por nuestros hábitos y costumbres, quizá faltó presentarnos y decirle nuestro nombre.

 

Nuevas relaciones

Nos replanteamos con frecuencia con quiénes, pero especialmente cómo nos relacionamos. Las nuevas relaciones inyectan novedad a la vida y las antiguas seguridad.

El cristianismo tiene esta característica, el vecino es especialmente mi prójimo. El respeto y consideración van en la línea del mismo Jesús, unas relaciones de caridad son de calidad porque caminan con la fe y la esperanza. El prójimo es también mi responsabilidad, es el sentido del samaritano, de Zaqueo, Mateo, Pedro y su suegra. Son relaciones caracterizadas por la misericordia, la solidaridad, el perdón.

 

Existe en el cristianismo una característica reveladora, no se trata de un juicio popular. Todos tenemos derecho al buen nombre y a la presunción de inocencia. Lo propio es la protección de los más débiles. La respuesta de Caín después de asesinar a su hermano Abel es como una confesión de culpa: "¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?" (Gn 4,9).

 

Las nuevas relaciones de un cristiano son necesarias ante la cultura del descarte. La novedad es el mismo ser humano no lo que viste o su procedencia.

 

En honor a la verdad, no podemos ser mentirosos, en muchas comunidades se van seleccionando a los que sirven y a los que no, de acuerdo al criterio de turno. Las comunidades tienen relaciones políticas más que religiosas; mercantilistas más que humanas.

 

A modo de síntesis, en nuestra vida personal, familiar y comunitaria debemos revisar siempre: el respeto a cada ser humano, cada uno es un Cristo. Salvar al hermano, al prójimo es más importante que juzgarlo.

 

Una oración por las personas impulsivas a causa de sus heridas y frustraciones, por las orgullosas a causa de su baja autoestima, por las tristes a causa de la soledad, por las desconfiadas a causa de sus traumas, por las controladoras como reflejo de sus carencias y debilidades. 


Te pido Señor que al encontrarme con mi prójimo pueda identificarte, no buscar argumentos tendenciosos en tu contra, evitar crucificarte, procura que la maldad no destruya nuestro corazón y que la muerte no cante victoria.


Señor, ante mi prójimo, dame palabras de consuelo, de fortaleza, de esperanza. Inspírame acciones que regeneren la vida, oxigenen las entrañas, acompañen las tristezas, ayuden a vivir en paz, motiven la justicia, perdonen y sepan pedir perdón, no teman expresar tu amor, el amor que nos resucita. Amén.

 

 Palabra del papa Francisco

El pasaje de hoy habla de la corrección fraterna, y nos invita a reflexionar sobre la doble dimensión de la existencia cristiana: la comunitaria, que exige la protección de la comunión, es decir de la Iglesia, y la personal, que requiere la atención y el respeto de cada conciencia individual.

Para corregir al hermano que se ha equivocado, Jesús sugiere una pedagogía de recuperación. Y siempre la pedagogía de Jesús es pedagogía de la recuperación; Él siempre busca recuperar, salvar. Y esta pedagogía de la recuperación está articulada en tres pasajes. Primero dice: «Ve y corrígele, a solas tú con él» (v. 15), es decir, no pongas su pecado delante de todos. Se trata de ir al hermano con discreción, no para juzgarlo, sino para ayudarlo a darse cuenta de lo que ha hecho. Cuántas veces hemos tenido esta experiencia: viene alguien y nos dice: “Oye, en esto te has equivocado. Deberías cambiar un poco en esto”. Tal vez al inicio nos da rabia, pero después se lo agradecemos porque es un gesto de fraternidad, de comunión, de ayuda, de recuperación.

Y no es fácil poner en práctica esta enseñanza de Jesús, por varias razones. Existe el temor de que el hermano o la hermana reaccionen mal; a veces no hay suficiente confianza con él o ella... Y otros motivos. Pero cada vez que hemos hecho esto, hemos sentido que era justo el camino del Señor. 

 

(Ángelus, 6 septiembre 2020)

 

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo 18, 15-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano.

Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano.

En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos.

Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».


Pintura: 🎨

La reconciliación de Jacob con Esaú.

La Reconciliación de Esaú y Jacob es un cuadro del pintor Peter Paul Rubens, realizado en 1624, que se encuentra en la Staatsgalerie Schleissheim,1​ cerca de Múnich.

La obra, que se encontraba en España, dentro de la Colección Real, fue enviada por Mariana de Neoburgo, esposa de Carlos II a Alemania a su hermano Juan Guillermo de Neoburgo.


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