Corpus Christi (B): Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo

Mientras comían, tomó pan y, pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:

"Tomad, esto es mi cuerpo"


La solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo nos remite al cántaro de agua, Jesús que parte el pan y el vino. Alimento necesario para la vida terrena y eterna.

 

Corpus Christi

El Corpus Christi. MAS Y FONDEVILA, ARCADIO. Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado


Corpus Christi

Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)

 

 

Tomar y beber es propio de los seres vivos. Necesitamos comer y beber. Son actividades necesarias, deben ser realizadas de acuerdo al propio cuerpo para tener una buena salud. Si el Cuerpo y Sangre de Cristo se nos da cómo alimento de vida eterna es porque necesitamos vivir. Es la oportunidad para no desnutrirse ni deshidratarse.

 

Preparar la cena de pascua

Preparar es la acción encomendada a los discípulos. Por el momento los discípulos están pensando en preparar el carnero, el pan ázimo, el vino. Un mero recordar de la historia de libertad. Tienen el gesto agradecido de ofrecer lo mejor de la ganadería y de la agricultura, el cordero bueno para una gran cena. Hasta entonces, al preparar la pascua produce recuerdos, el pasado, todavía no comprenden la analogía de una pascua eterna, el futuro. 

 

Nos suele suceder al preparar algunas cenas especiales, recordamos el pasado. Desde la cena del cumpleaños hasta las cenas como las de navidad y pascua pueden concentrarse en una acción de compartir, de recordar, de buenos deseos. A esa cena le falta amor, pero el amor divino. Los discípulos tienen al protagonista de la cena, al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, al mejor cordero como ofrenda a Dios. Suele ser difícil hacer el ejercicio de agradecer la historia para encomendar el futuro. 

 

Cuerpo y Sangre

El cuerpo y sangre del Cordero en la cruz. Las palabras de Jesús sobre el pan y el vino explican cómo entender la nueva presencia de Jesús en la vida de los cristianos. El pan es su cuerpo y el vino es su sangre. Jesús hace los gestos de “esto es mi cuerpo… esto es mi sangre”. Explica a sus discípulos cómo comprender en adelante el nuevo alimento, un pan que nutre hoy y mañana, el cuerpo y el alma. Una sangre que recorre las venas hasta el corazón y a la vez es la prueba del gran amor.

 

La nueva comunidad de los cristianos todavía tiene temor, el sentido de la presencia real de Jesús en un pan y en una copa de vino, consagrados. La resurrección da la clave de la unión de cada cristiano con el resucitado por medio de su Cuerpo y de su Sangre. 

 

La celebración de la cena pascual es preparada por la comunidad de los discípulos, luego lo van celebrando los primeros cristianos. No se trata de una comida rápida y solitaria, es comunitaria, es celebrada, es la sed y el hambre de estar en comunión con Jesús resucitado.

 

El cuerpo y sangre de Cristo es fuente y meta.

Esta celebración necesita preparación, no sólo de su dignidad física y material, sino también espiritual. La eucaristía se celebra así de completa, con los mismos gestos de Jesús, sus palabras, sus intenciones. No se puede sustituir la Eucaristía por una oración personal, o por un acto de caridad. La Eucaristía es fuente y meta.  

 

Los gestos y palabras de Jesús son también nuestros. Es decir, tú también eres un Cristo que ofrece su cuerpo y su sangre. Quieres hacer lo que hizo Jesús, entregar su ser, su vida. Es darlo todo para que los otros se salven. En una comunidad al ofrecer la vida, también impacta en la vida de los demás. Así se evitan los ritos vacíos, no es una actuación, Jesús no fue un actor; la eucaristía está para hacerla vida de nuestra propia vida.

 

 Palabra del papa Francisco: 

Jesús que parte el pan. Es el gesto eucarístico por excelencia, el gesto que identifica nuestra fe, el lugar de nuestro encuentro con el Señor que se ofrece para hacernos renacer a una vida nueva. También este gesto es sorprendente. Hasta ese momento se inmolaban corderos y se ofrecían en sacrificio a Dios, ahora es Jesús el que se hace cordero y se inmola para darnos la vida. En la Eucaristía contemplamos y adoramos al Dios del amor. Es el Señor, que no quebranta a nadie sino que se parte a sí mismo. Es el Señor, que no exige sacrificios sino que se sacrifica él mismo. Es el Señor, que no pide nada sino que entrega todo. Para celebrar y vivir la Eucaristía, también nosotros estamos llamados a vivir este amor. Porque no puedes partir el Pan del domingo si tu corazón está cerrado a los hermanos. No puedes comer de este Pan si no compartes los sufrimientos del que está pasando necesidad. Al final de todo, incluso de nuestras solemnes liturgias eucarísticas, sólo quedará el amor. Y ya desde ahora nuestras Eucaristías transforman el mundo en la medida en que nosotros nos dejamos transformar y nos convertimos en pan partido para los demás.

(Homilía, Corpus Christi, 6 de junio de 2021)

 

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 14, 12-16. 22-26

El primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:
«¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?»
Él envió a dos discípulos, diciéndoles:
«ld a la ciudad, os saldrá al paso un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Cuál es la habitación donde voy a comer la Pascua con mis discípulos?"
Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, acondicionada y dispuesta. Preparádnosla allí»
Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la Pascua.
Mientras comían, tomó pan y, pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:
«Tomad, esto es mi cuerpo.»
Después, tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron.
Y les dijo:
«Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».
Después de cantar el himno, salieron para el monte de los Olivos.


El Corpus Christi

MAS Y FONDEVILA, ARCADIO

Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado

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