XXXIII Domingo del tiempo ordinario (B): “Signos de esperanza y preparación: Viviendo con los ojos puestos en la eternidad”
"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán"
El discurso escatológico del Evangelio según San Marcos busca describir los signos que anunciarán la llegada gloriosa de Jesús. Los diferentes signos cósmicos están fuera del control de los hombres, y solo en las manos de Dios, como el tiempo, el mundo y nuestras vidas.
Michelangelo - Creation of Adam (cropped)
XXXIII Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)
Recrear el mundo está en las manos de Dios. Nosotros vemos las hojas de la higuera, las nubes, el amanecer y el atardecer; sentimos el frío y el calor; experimentamos la alegría y la tristeza.
Estar preparados ante los signos cósmicos
No todo el tiempo es primavera y por ello nos preparamos para el invierno, el otoño y el verano. Seríamos incautos si no abrimos las ventanas de la habitación durante el verano y como una llamada a la pulmonía si las dejaríamos abiertas durante el invierno. Y no todo el globo terráqueo vive al mismo tiempo la frescura del mar en el verano, ni ve caer copos de nieve en el invierno.
En Europa, a mediados de noviembre se usa ya la calefacción para enfrentar los 7 grados de temperatura descendente. Pero, la naturaleza tiene más sorpresas que le permite al hombre sobrevivir, ojalá las campañas ecológicas llevaran a equilibrar los problemas de contaminación. El hombre más parece un destructor que un administrador probo de la “casa común”. Pero hay signos de esperanza, por ejemplo, los jóvenes voluntarios para ayudar a las personas que le perdieron todo a causa de una DANA que causó inundaciones en Valencia y otras ciudades. Han perdido carros y casas, pero tienen la oportunidad de superar lo transitorio, de ver el mundo con ojos de lo eterno. Es decir, los signos cósmicos nos han infundido esperanza, un signo de que en el corazón humano va latiendo la bondad originaria, el ágape, el amor, el soplo de Dios.
Cuando el sol oscurezca no reflejará la luna, no tendremos flores y moriremos de frío. Cuando caigan las estrellas nuestro planeta desaparecerá. Los planetas y sus movimientos están en las manos de Dios. En tus manos/ decisiones están mejorar la vida, mirar los valores eternos, abrazar a tu hermano, ser una vitamina para la vida de los demás. Al final triunfará el amor, la justicia, Dios.
¿Dónde está Dios?
Seguir los movimientos de Dios requiere de mucha atención, preparación, oración. Dios ya está en tu vida, se hará más explícito si lo exiges, pero no se somete a tu cronómetro, ni a tu agenda. Pero de que viene, viene, ni lo dudes, porque cumple su Palabra. Si supiéramos cuándo viene limpiaríamos la casa, compraríamos un buen vino, buscaríamos estar presentables y tener una conversación interesante. Pero como esos datos ignoramos, perdemos el control. Por qué no preparar ya sin importar cuándo venga.
La esperanza conlleva alegría, ilusión, sueños. ¿Cuándo se enfrío en nuestra vida? Obsesivos, cada día es más difícil esperar. Las desilusiones son dones calientes servidos en nuestro menú para abrirnos a la verdad. El camino es más seguro cuando se cree en la Palabra que permanece firme, aunque el cielo estalle y el sol desaparezca. La esperanza vivida permite saber que Dios tiene lenguajes por descodificar, noticias por anunciar, sonrisas por celebrar, signos por expresar. Si una hoja verde está naciendo en un aparente tronco seco de higuera anuncia la flor primaveral, así es posible que una palabra tuya con la frescura del germen del amor también anuncie el calor familiar, el sentido de vivir juntos, la alegría de querernos, el gozo de lo eterno. En consecuencia, entre esperanza y fe, entre afecto y amor, entre cercanía y fraternidad, está Dios acá en tu vida cotidiana con una visión de la vida eterna. Dios ayer, hoy y siempre, trabajamos por el mundo presente con los ojos puestos en la eternidad, en la construcción urgente del Reino de Dios.
Si los fenómenos de la naturaleza están controlados por Dios, seguramente no le será difícil mejorar mi vida. Allí tienes un motivo para sonreír y orar en este día. San Marcos ve cómo Jesús mira a sus discípulos, a los pobres, a los enfermos y a quienes están al borde del camino y de la muerte. La mirada De Dios puede llegar por medio de tu alma a los ojos de las personas más cercanas.
Palabra del papa Francisco
Cuando no sé qué hacer, cómo tomar una decisión definitiva, una decisión importante, una decisión que implica el amor de Jesús, ¿qué debo hacer? Antes de decidir, imaginemos que estamos ante Jesús, como al final de la vida, ante Él que es amor. Y pensando allí, en su presencia, en el umbral de la eternidad, tomemos la decisión para el hoy. Así tenemos que decidir: siempre mirando la eternidad, mirando a Jesús. Quizá no sea la elección más fácil, la más inmediata, pero será la buena, eso es seguro.
(Ángelus, 14 de noviembre de 2021)
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 13, 24-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«En aquellos días, después de la gran angustia, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán.
Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y gloria; enviará a los ángeles y reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
Aprended de esta parábola de la higuera: cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros que esto sucede, sabed que él está cerca, a la puerta. En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto al día y la hora, nadie lo conoce, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre».
Pintura 🎨
Michelangelo - Creation of Adam (cropped)
La creación de Adán es un fresco en la bóveda de la Capilla Sixtina, pintado por Miguel Ángel alrededor del año 1511. Ilustra uno de los nueve episodios del Génesisrepresentados allí por el artista toscano,1 en el cual Dios le da vida a Adán, el primer hombre. Cronológicamente, es el cuarto de los paneles que representan episodios del Génesis en el techo de la capilla, fue de los últimos en ser completados y es una de las obras de arte más apreciadas y reconocidas en el mundo.2
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