Comer signo de comunión

 ¿Por qué darles de comer?


Carmela dice irónicamente que está aprendiendo a nadar porque su rancho amaneció lleno de agua, la humedad y el barro podrido ha enfermado a la familia, por la mañana calentaba un poco de agua para acompañarla con yucas y camotes.

Jazmín, cuida sus uñas cada día, el último pedido de cosméticos tendrá que pagarlo en varias cuotas, dice que no desayuna porque tiene mucho trabajo, cada mañana se queja de estar gorda, toma un te (chino) con una galleta.

Julio, llegó temprano a su casa, su esposa ha salido a trabajar, sus hijos duermen hasta tarde los fines de semana. Julio necesita comer, no encuentra ni un pan, toma agua, está molesto con sus amigos que le abandonaron esta noche en el bar, va a buscar en el mercado un “cevichito de anchoveta” o un “chilcano” para “soltar cabeza” (resaca).

Cristina se levanto esta mañana muy emocionada, en el trabajo no le han pagado, su hermano está enfermo, su padre está ebrio y su bebé llora mucho. Debe en la bodega del vecino y le da vergüenza fiar azúcar, leche y pan; preparará un café de cebada que le trajo su abuela.

Lalita, dice que cuida su salud y por eso esta mañana tomo un jugo de papaya con unas tostadas, no come mantequilla porque contiene grasa; pero a veces desayuna a las 7.00, otras veces a las 9.00 o a las 10.00 a.m. No se ha casado, dice que quiere vivir libre, sin obligaciones y vive sola.

Rosita, prepara cada día el desayuno de su tierra, se levanta bien temprano, le encanta la leche; en vacaciones la visitan sus nietos, cada día invita a su amiga a comer, antes eran tres pero una murió el mes pasado. Siempre tiene algo que ofrecer a sus amigos y amigas.

“Desayuna como un rey” Para los nutricionistas la comida más importante es el desayuno, de pronto sea un mito, pero el compartir en familia no lo es, ¿Por qué darles de comer? La enfermedad y el hambre no es tan fuerte como la soledad y la ingratitud, como el desamor, el egoísmo y la desunión.

A voz en cuello:

La comunión de la Iglesia se nutre con el Pan de la Palabra de Dios y con el Pan del Cuerpo de Cristo. La Eucaristía , participación de todos en el mismo Pan de Vida y en el mismo Cáliz de Salvación, nos hace miembros del mismo Cuerpo (cf. 1 Cor 10,17). Ella es fuente y culmen de la vida cristiana69, su expresión más perfecta y el alimento de la vida en comunión. En la Eucaristía , se nutren las nuevas relaciones evangélicas que surgen de ser hijos e hijas del Padre y hermanos y hermanas en Cristo. La Iglesia que la celebra es “casa y escuela de comunión”70, donde los discípulos comparten la misma fe, esperanza y amor al servicio de la misión evangelizadora. (APARECIDA 158 )

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