VII Domingo del tiempo ordinario (A): "Amen a sus enemigos y recen por los que les persiguen"

“Amad a sus enemigos, hagan el bien a los que les aborrecen y recen por los que les calumnian”

Jesús de Nazaret o Jesucristo (izquierda), realiza uno de los milagros que le atribuye la BibliaLa curación del ciego. Pintura realizada por el Greco1567-1570

VII Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2019 - 2020 - (Ciclo A)

Homilía y Reflexión
¿Sientes que odias? Ojalá no mientas. La propuesta es: “ora por los que te odian y también por los que odias” o mejor “piensa en estrategias para no odiar”.

Te sugiero que comiences haciendo tus campañas personales: “ora y no odies”. 

Si te calumnian, te difaman, te descalifican, si se unen para destruirte, … “Ora y no odies”.

Si cada día aumentan los crímenes de odio por raza, lengua, religión, sexo,..  “Ora y no odies”.

Si las personas más cercanas te ofenden tanto, reflexiónalo, supéralo, busca soluciones concretas, … “Ora y no odies”.

Porque el “ojo por ojo y diente por diente” no era para provocar la venganza, sino la proporcionalidad, para dar un ¡alto! a la violencia. Necesitamos estrategias más profundas para evitar las guerras interiores y las económicas.

No te puedo decir: “si odias, supéralo” o “serás un ganador verdadero”.  Porque ese auto-consuelo sólo te hará postergar la violencia y te seguirás sintiendo “perdedor, ofendido, no amado”. Reorienta tu ira y “Ora para que no odies”. Debemos tener gestos de entendimiento y comunión.

“Ora y no odies” porque la ira y la violencia que ejercieron en tu contra está motivada por el odio, los prejuicios, la obsesión del poder, y también por el “poco amor”. Ojo: ¿por qué las propuestas políticas contra migrantes terminan siendo ganadoras o populistas?

Pero no miremos sólo a la sociedad, mira a tu familia, cómo manifiestan palabras racistas, xenofóbicas, el orgullo tiene dificultades para pedir “perdón”. En los clubes, en las comunidades religiosas, etc. Analiza, cómo la obsesión por el poder y control terminan en “amar sólo a tus enemigos” y ver “inaceptables” a los demás. ¿A cuántos seguidores de Jesús se les ha olvidado el sentido de la “caridad”?  ¿Cuántos siguen abofeteando en nombre de “su verdad” o “de Dios”? Entonces, “Ora y no odies”.

Y el odio sigue persiguiéndonos. ¿Qué estrategias podemos emprender para perdonar, “amar a los enemigos”?

El odio también es una estrategia política. “La historia nos muestra que quienes han usado el odio como método para ganar el poder, terminan destrozándose los unos a los otros. Como ocurrió en la revolución francesa, donde el caso más notorio fue el de Robespierre. O en la revolución bolchevique, donde los miembros del grupo principal terminaron destrozándose unos a otros, como fueron los casos de Zinoviev, Kamenev, y muy notoriamente el de Leon Trotsky.” (El odio produce metástasis. Antonio Maza Pereda)

Definitivamente, el odio no solucionará los problemas, sólo los agudizará. Y si nace por la falta de amor, el prejuicio, la falta de Dios, entonces: nuestra sociedad, familias y comunidades tendrán que oxigenar estrategias para que esté presente Dios, la tolerancia, la superación de los propios prejuicios y especialmente procurar nutrirnos del amor. Ora, porque quien perdona es Dios.

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Te recomiendo la homilía de Francisco Quijano en Adorar en Espíritu

Otra con anegdotas: La anégdota de un niño que escuchaba a su madre cuando le quería donar un ojo porque el suyo ya tenia que ser extirpado. Desde ese día el niño entendió el amor de una madre capaz de entregar su propio ojo.

 Homilía y Reflexión

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 38-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.
Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

Homilía y Reflexión

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