T.O. XXI, A: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”

La llave y la piedra

Pietro Perugino - Entrega de las llaves a San Pedro (Capilla Sixtina, Roma, 1481-82).jpg


XXI Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2019 - 2020 - (Ciclo A)

 

La llave


María Flores de Oliva, puso un candado a la cadena (silicio), y para tener una penitencia perpetua arrojó la llave un pozo profundo, el hoy llamado “pozo de los deseos”. 

 

“Rosa de mi corazón sé mi esposa”


Un domingo de pascua de 1617, se cuenta que fue el desposorio de Santa Rosa de Lima con su amado Jesús, “el Doctorcito”. Rosa le contó a su hermano que necesitaba tener un anillo de compromiso con Jesús, y le preguntó que frase podría grabarlo, el hermano respondió: “Rosa de mi corazón, sé mi esposa”. Entonces Rosa quedó maravillada al escuchar las mismas palabras que Jesús expresó durante una revelación ante el Santísimo.

 

Estas anécdotas grafican el nivel de amor. Fueron narradas por su propio confesor. En esta historia Rosa siguió buscando la llave del amor a su esposo Jesús y le llamaba “el Doctorcito” porque con sus oraciones sanaba a los enfermos que visitaba.

 

Se cuenta que su madre la educaba para ser una dama, para tener un matrimonio elegante. Pero María Flores de Oliva tenía su alma, corazón y vida centrada en prepararse para servir a su esposo, imitándolo. Ser la esposa de Jesús le trajo también presiones familiares, incomprensiones, sufrimientos.

 

Los testigos de su proceso de canonización hablan de su belleza como una rosa, de su educación y elegancia, de su caridad y penitencia.   

 

Rosa, quería fundar un monasterio, sin candados, para las naturales peruanas y todas las razas. Y, un día su madre se burló, a lo que Rosa respondió: “tú serás la primera novicia”. Y así, doña María de Oliva y Herrera fue novicia, está su tumba en el monasterio Santa Catalina y otros objetos que guardaba la madre de Santa Rosa de Lima.

 

Esta es la pedagogía que usa Dios. Aprender a servirle implica dar la vida. La llave no es un poder, es una responsabilidad. La clave está en explotar los dones recibidos para donarlo al bien de los más necesitados. Nos toca ir descifrando la clave o descubriendo la llave. 

 

Piedra: 


Es la pedagogía catequética que usa Jesús para instruir a Pedro. El poder de atar y desatar implica responsabilidad grande. Pedro la mostró hasta el último momento de su crucifixión, cabeza abajo. Hoy, reconocer que Jesús es el hijo de Dios, le empodera, pero pronto le mostrará que no ha comprendido bien lo que implica confesar la fe. Tener las llaves, pesa, y no se las puede perder.

 

Pedro, debe ir comprendiendo que tener la llave implica cimentar la casa en la piedra angular. Y Jesús, le va mostrando a ser primero arquitecto de su propio servicio, de su propio discernimiento, de la claridad de su misión.

 

Entonces, tú y yo, estamos llamados a ser parte de esa construcción, a ser piedras edificantes, como Santa Rosa. Tenemos muchas piedras de tropiezo en la vida, en la política. Quizá necesitemos comprender nuestro papel de piedras edificantes para construir una mejor familia, una comunidad, un país. 

 

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo 16, 13-20

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».
Ellos contestaron:
«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo».
Jesús le respondió:
«¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.

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