“Proclamad el Evangelio a toda la creación”
¡La gran herencia!
VII Domingo de Pascua
Año litúrgico 2020 - 2021 - (Ciclo B)
La herencia del COVID19 es un llamado a ser más humanos. Varios amigos han comentado las palabras de sus padres y la herencia que han recibido. Destacan su alegría, su bondad, sus recomendaciones: “cuida a tus hermanos”, “Manténganse unidos siempre”, etc.
Felix Ruiz y Juana Graces recibieron como ofrenda por su matrimonio una extensión grande de tierras para protegerlas y hacerlas productivas. Esta pareja tuvo tres retoños, de los cuales seguramente esperaban nietos, pero no fue así. Los hijos crecieron, su vida no sería ya la administración de su pequeño reino. Se dice, que después de la muerte de los padres aparecieron falsos primos y familiares porque querían ser herederos, de las tierras.
Los hermanos Antonio, Manés y Domingo tenían otra herencia: vencer el mal del mundo, la oscuridad de la herejía y el dolor que quedaba después de la peste en la Europa medieval. Domingo, fortalecido por el trabajo de su padre, la espiritualidad de su madre, la academia de su tío Gonzalo y la ‘súper fraternidad de Manés’ amplió el círculo de la familia y rompió fronteras más allá de los moros.
Según la historia, Domingo, no tuvo hermanas, pero se fío de las mujeres para ampliar la mística, cual alimento de un cachorro que lleva una antorcha al mundo. ¿Cómo mantener las lámparas encendidas si no hay vírgenes prudentes?
Hacia 1221, Domingo, ya había fundado monasterios para mujeres y la Orden de Predicadores con una misión específica: ser predicadores de la Palabra de Jesucristo. Este año se celebran 800 años de su muerte, en el marco también de una pandemia.
La gran herencia, traspasa generaciones unidas por la sangre de Jesucristo, a veces con un poco de melancolía, pero nunca con inseguridad. “En verdad, les conviene que Yo me vaya, porque si no me voy, no podrá venir a ustedes el Consolador. Pero si me voy, se los enviaré ... les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que Yo les he dicho” (Jn. 16, 7 - 14, 26). Domingo, “Antes de su muerte aseguró confiado a los frailes que les sería más útil después de muerto. Sabía a quién había confiado el depósito de sus trabajos y de su fecunda existencia, no dudando que le estaba preparada la corona de justicia, alcanzada la cual sería tanto más poderoso en obtener gracias cuanto más seguro entrase en los dominios del Señor.” (cfr. Libellus, 92-94)J
Domingo tenía una misión Clara y una meta segura en su camino. Mirar con los ojos del corazón la riqueza de la gloria. Nos queda preguntarnos en el día Solemne de la Ascensión: ¿Qué es lo que hoy deshumaniza? Es la fiesta del triunfo de la vida sobre la muerte, por ello es de superación, de iluminación y de estímulo en la misión.
Mirar la fortuna de la gran herencia es la memoria histórica. Y somos cachorros veloces, contra el tiempo, para visionar el futuro sobre la tierra. Esta mirada genera esperanza y borra la ignorancia. El cielo no es el vacío, “En la Casa de mi Padre hay muchas mansiones, y voy allá a prepararles un lugar ... Volveré y los llevaré junto a Mí, para que donde Yo estoy, estén también ustedes” (Jn. 14,2-3).
¿Cómo se ha deshumanizado a esta “gran herencia” del creador?
- A la tierra
- Al hombre
- A la política
- A la economía
Vaya que parecemos poco inteligentes y desagradecidos. O al menos humildes:
“El que subió fue quien concedió a unos ser apóstoles; a otros ser profetas; a otros ser evangelizadores; a otros ser pastores y maestros. Y esto para capacitar a los fieles, a fin de que, desempeñando debidamente su tarea, construyan el Cuerpo de Cristo, “hasta que todos lleguemos a estar unidos en la Fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, “y lleguemos a ser hombres perfectos, que alcancemos en todas sus dimensiones la plenitud de Cristo”. (cfr. Ef. 4. 1-13).
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 16, 15-20
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo:
«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».
Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Ellos se fueron a predicar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
La Ascensión
1514 - 1519. Óleo sobre tabla de madera de pino, 110 x 84 cm. Sala 057
Oculto por una nube, Cristo asciende al cielo ante María y los Apóstoles, entre los que destaca Santiago, con vara y sombrero de peregrino. La parte superior de su cuerpo aparece oculta para otorgar mayor protagonismo a las huellas de sus pies, impresas en la cima del monte de los Olivos.
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