V Domingo de Pascua (B): “ Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el labrador ”

'Si te desconectas pierdes'

la vid

Paisaje con una vid. HIEPES, TOMÁS Valencia, 1610 - Valencia, 1674

V Domingo de Pascua

Año litúrgico 2020 - 2021 - (Ciclo B)

 


👉 Conectarse, identificarse.

Conéctate a esta lectura, a tus redes, a tu cuerpo, a tus pensamientos, a tus anhelos. Allí puedes encontrar tu fuente, tu identidad, el sentido, los anhelos, la vida.

 

Coinciden varias celebraciones, San José con corazón de Padre, ejemplo de hospitalidad y cuidado. También, en Perú, se celebra la Virgen de Chapi, los devotos natos de Arequipa la viven como parte de su identidad, motivo de sus peregrinaciones y escucha de sus plegarias ante el COVID19. Es decir, estamos conectados a nuestras raíces, a la idiosincrasia, a la cultura, etc. Por ejemplo, un mero Mexicano defiende su identidad de “Guadalupano”.

 

👉 Sin la vida no hay vida.

Si te gustan las flores entonces sabrás lo que hay en cada una de sus historias significativas para el amor y los pueblos. Si te gusta el buen vino sabes la cadena de acciones en la misma planta en sus frutos hasta llegar a tu copa de cristal. Hay una interconexión entre el hombre y su contexto (Cfr. Laudato Si 16, 91, 117, 138, 240)

 

Hablando de vino, identifica la savia, aquel líquido que circula por las plantas y del cual toman sus células las sustancias que necesitan para su nutrición. Es el energético, elemento vivificador similar a la misma sangre que recorren tus venas transportando los elementos necesarios para tus funciones vitales. Si falta la savia, se seca la uva; si te falta sangre, mueres. Así de fácil y claro, por ello cuidamos de los seres vivos.

 

👉 Conectarse a los verdaderos problemas.

Cuántas vidas se hubiesen salvado si se reconocía realmente la conexión del hombre con el cosmos, ampliamente presentada por el Papa Francisco en la Encíclica Laudato Si” (24 de mayo, 2015). El decir que “todo está conectado” implica un verdadero planteo ecológico y social, dónde todavía se escuchan los gritos de la tierra y el clamor de los pobres (cfr, LS 49).

 

La historia nos va enseñando que la culpa no es del crecimiento demográfico, sino el consumismo selectivo. Así, durante la pandemia, en los momentos de dolor e impotencia, muchos han robado el pan de la mesa los pobres. Entonces, verás, falta esa sangre de amor que irrigue los corazones; y, renunciar al amor es decirle ‘no a la vida’.

 

👉 Conectados y no siempre comunicados.

Todo está conectado, y quizá tenemos muchos medios para mejorar la comunicación. Hoy, la ciencia nos ha ayudado a tener un abanico de conocimientos, de pronto necesitemos saber cómo sacarles provecho para el bien, porque estamos hechos para ser buenas personas. Entonces, por qué crece la violencia y la indiferencia.

 

Finalmente, sabemos que el egoísmo es nuestro peor enemigo, la soledad nuestra muerte. Por ello, Jesús hace un llamado apremiante de creerle e imitarlo: tener la misma actitud de cuidado con los que sufren, de misericordia con los que se equivocan, de mansedumbre con los que se encuentran en dificultades. 

 

👉 Conectarse con Jesús.

Jesús realizó concretamente lo que siempre anunció con su palabra y nos da las herramientas para poder vivir concretamente este anuncio de salvación. No dejemos que las uvas se pudran en los sarmientos; ésta es la verdadera invitación de Jesús: no mirar sólo a nuestras fuerzas, sino acudir a Él con confianza y esperanza. Permanecer en Cristo significa precisamente esto; acudir a Él para pedirle la fuerza y la gracia de que en nuestra vida se cumpla esa promesa de amor que contiene su Palabra.

 

La Eucaristía es el momento cumbre, en el que la savia del Resucitado, el Espíritu Santo, alimenta a los bautizados y bautizadas, para que manifiesten en la tierra la Pascua del Hijo del Hombre, y la fuerza amorosa del Padre.


 A continuación, una oración a la Virgen de Chapi:

 

🙏 ORACIÓN A LA VIRGEN DE CHAPI, PATRONA DE AREQUIPA (PERÚ)


Madre,
dame tus ojos para saber mirar,
si miro con tus ojos jamás podré pecar.

Madre,
dame tus labios para saber rezar,
si rezo con tus labios, Jesús me escuchará.

Madre,
dame tus manos para poder trabajar,
entonces mi trabajo valdrá una eternidad.

Madre,
dame tu manto para que cubra la maldad,
cubierto con tu manto, al cielo he de llegar.

¡Oh Madre!,
dame a Jesús para poder amar,
esta será mi dicha por una eternidad.

 

Amén.

 


Palabra del papa Francisco

"La vida cristiana es permanecer en mí". Permanecer. Y utiliza aquí la imagen de la vid, ya que los sarmientos permanecen en la vid. Y este permanecer no es un permanecer pasivo, un dormirse en el Señor: esto sería quizás un 'sueño beatífico', pero no es eso. Este permanecer es un permanecer activo, y es también un permanecer recíproco (...) Es cierto, los sarmientos sin la vid no pueden hacer nada pues la savia no les llegaría, necesitan la savia de la vid para crecer y dar frutos; pero también el árbol, la vid necesita de los sarmientos, porque los frutos no están unidos directamente a la vid, sino mediante los sarmientos. Es una necesidad recíproca, es un mutuo permanecerse para dar fruto. (Homilía en Santa Marta 13 de mayo de 2020)



Lectura del santo Evangelio según San Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.

Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.

Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».


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