IV Domingo de Adviento (C): "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!"

 La confianza que cambió el mundo


Rafael. Visitación de María a su prima Sana Isabel


IV Domingo de Adviento

Ciclo: C

Color: Morado

Tema: la confianza

Personaje: María, la madre de Dios.

 

¿Cómo confiar en el mundo de la desconfianza?

Dos mujeres oriundas de pueblos marginados, allí (y aquí) el género femenino no es valorado con igualdad. Sin embargo, son mujeres que sus gestos de lucha, entrega y amor superarán la historia y la ciencia. Dos mujeres confiables para vivir el sentido de la maternidad, de la familia.

 

María e Isabel, están experimentando, a su corta edad, el embarazo; los cambios físicos, psicológicos y emotivos no las distrae de los propósitos de ser madres. Ambas son madres de manera misteriosa, sólo Dios hace posible esa maternidad. Es verdad que la maternidad es valorada, pero Isabel ya había asumido su esterilidad y no paraba de pedir junto a su esposo Zacarías un hijo; y María, adolescente, es capaz de dar un sí eterno, con la confianza de una perseverante hija de Dios.

 

Con la misión que tienen, la desconfianza enmudecerá a Zacarías y será combatida en los sueños y en el corazón de José. El sacerdote Zacarías recibe esbozos del profeta que está en camino. El obrero José es alertado para proteger al gran artesano de la vida, Jesús. De tras de la gran historia de la visitación están dos hombres encargados de fortalecer la misión de la maternidad con su silencio, cuidado, acompañamiento y protección. La confianza en la verdad de las mujeres es robustecida también por la intervención divina.

 

El camino de la virgen María es un camino de la iglesia, contiene la gran noticia de la vida que palpita en su vientre. Es un gesto evangelizador reconocido por su prima Isabel. Un estilo de misión-acción. Acompaña experimentando los mismos síntomas. Imagina cómo sería la conversación de dos embarazadas. Ellas mismas ven sus embarazos como extraordinarios. Sienten que fueron escuchadas, enviadas, con una tarea grande: proclamar la vida, cuidarla, hacerla grande, incluso sufrir con ella.

 

La confianza fuerte de María lleva una certeza, ninguna palabra será superior a la de Dios, incluso la sabiduría humana se sostiene en cuanto está referida a Dios. Es bienaventurada por creer en la Palabra de Dios.

 

En el mundo de la desconfianza nos toca celebrar esta Navidad, sin olvidar que la desconfianza sólo ha generado heridas, lágrimas, marginación, pero la confianza hizo posible la salvación, la alegría, la justicia, el amor. Siguiendo el actuar de María e Isabel es una buena oportunidad confiar, celebrar la Navidad confiando en que Dios se hace hombre para salvar al hombre y encaminarlo al sentido de la eternidad. 

 

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 1, 39-45

En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a un a ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».


Pintura:

Tipoepisodio bíblico y tema artístico
Celebrada porCristianismo
Fecha2 de julio Vetus Ordo; 31 de mayoNovus Ordo.
MotivoRecuerda el momento en el que el María visitó a su pariente Isabel.

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