XVI Domingo del tiempo ordinario (A): Parábola del trigo y la cizaña

Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero

 

El trigo y la cizaña es la imagen del bien y el mal, pero especialmente de la fortaleza para seguir el bien a pesar de convivir con el mal.


Trigo y cizaña

Parábola de la cizaña. ORRENTE, PEDRO DE. Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado



XVI Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A)

 

El trigo y la cizaña es una de las parábolas que Jesús usa para explicar el Reino de Dios. Su objetivo es destacar la misericordia y paciencia del gran Sembrador y que entendamos nuestra participación en la construcción de una vida dedicada a hacer el bien. Lo aparentemente difícil es comprender que Dios acepte el crecimiento del bien y del mal mezclados en la historia, en la vida e incluso esperar la separación que sólo ocurrirá al final.

 

El ejercicio es contar la parábola en primera persona. 

Sembrador. En la parábola el sembrador es Jesús, y estamos invitados a ser cada uno de nosotros. El sembrador tiene la paciencia para esperar y contemplar el desarrollo de la semilla; a su debido tiempo se alimenta de una y quema la otra. El sembrador es consciente de lo que ha sembrado, sabe que sus semillas son buenas o malas, para alimentar o enfermar.

 

Semilla. Salgo a sembrar semillas buenas y fértiles: la alegría, el amor, la reconciliación, la espiritualidad de la misericordia, la paciencia para esperar a que cada semilla crezca y se dé a conocer si es trigo o maleza. La semilla de la maleza produce confusión, duda, muerte.

 

Campo. El mundo necesita de estas semillas y de muchos sembradores, justos y pacientes. El mundo necesita reaprender la humanidad, y autenticidad de cada ser humano. El mundo violento anhela la paz, la solidaridad, la tolerancia en las fronteras y en cada hogar. El campo germina el trigo, pero siempre hay corazones que quieren confundirnos y nos quieren dar maleza por trigo, mentira por verdad y maldad por bondad. La sabiduría del Sembrador no está en quemar al sembrador de maleza, sino en darle tiempo para aprender a distinguir el bien del mal.

 

Paciencia y misericordia

La decisión del sembrador es tener paciencia, no acelera procesos ni acciones para enjuiciar y castigar, eso sería injusto. El mundo/campo tiene personas perversas que buscan hacer daño el alimento de los demás. La espera paciente permite contemplar la autenticidad de semilla y frutos, apenas tiene ya signos de maleza es arrancada y quemada.

 

Fin de los tiemposLa siega representa el fin de los tiempos o el juicio final, cuando se hará una separación entre los justos y los injustos. Los segadores representan a los ángeles, quienes llevarán a cabo este juicio. La cizaña será recogida y quemada, mientras que el trigo, es decir, las personas justas, será recogido y guardado en el granero, que representa el reino de Dios.

 

En resumen, las tres parábolas de hoy dicen: el Reino de Dios exige que los buenos se mezclen con los malos y se esfuercen por seguir siendo verdaderamente buenos; sólo al final habrá un juicio que separará a los buenos de los malos; el Reino no es inmediatamente grande y vistoso, sino que es pequeño (como las semillas) y crece a lo largo de la historia, pero se hace sólido y fuerte y dará hospitalidad a todos los que lo deseen; el Reino actúa en la historia como la levadura en la masa, es decir, poco a poco va extendiendo la fe por toda la humanidad.

 

Palabra del Papa francisco

La contraposición entre la impaciencia de los criados y la espera paciente del amo del campo, que representa a Dios. A nosotros, nos entra a veces una gran prisa por juzgar, por clasificar, por apartar aquí a los buenos y allí a los malos… Pero acordaos de la oración de aquel hombre soberbio: «¡Oh Dios!, te doy gracias porque soy bueno, porque no soy como los demás hombres, que son malos…» (cf. Lc 18, 11-12). Dios, por el contrario, sabe esperar. Él contempla el «campo» de la vida de cada persona con paciencia y misericordia: ve mucho mejor que nosotros la suciedad y el mal, pero ve también los gérmenes del bien, y espera confiado a que maduren. Dios es paciente, sabe esperar. ¡Qué bonito es esto! Nuestro Dios es un Padre paciente, que nos espera siempre y que nos espera con el corazón en la mano para acogernos, para perdonarnos. Él siempre nos perdona si vamos a él.

Angelus, 20 Julio de 2014 

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 24-30

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente diciendo:
«El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los hombres dormían, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:
“Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?”.
Él les dijo:
“Un enemigo lo ha hecho”.
Los criados le preguntan:
“¿Quieres que vayamos a arrancarla?”.
Pero él les respondió:
“No, que al recoger la cizaña podéis arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y cuando llegue la siega diré a los segadores: arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero”».


Pintura


Parábola de la cizaña

ORRENTE, PEDRO DE

Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado

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