XIV Domingo del tiempo ordinario (A) : Manso y humilde de corazón

"Venid a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré"

Jesucristo es manso y humilde de corazón, es el mismo Dios que no puede estar ausente de la sabiduría y entendimiento.  

Jesucristo con la cruz

Cristo con la Cruz a cuestas. TIZIANO, VECELLIO DI GREGORIO. Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado


XIV Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A)

 

Jesucristo se admira de que los “sabios” no le comprendan y los sencillos sí. Sus seguidores son personas llamadas desde la humildad económica. Dios regala a manos abiertas mientras que los hombres lo ignoran.

 

El yugo de Jesús

El yugo es la ley, la ley judía tenía un aproximado de 613 preceptos a cumplir, difícil de llevar; la conciencia escrupulosa por cumplir la ley mataba el sentido de la existencia. Jesús pone su hombro para ayudarte en el yugo no de la ley sino de tus problemas que te quitan la sonrisa, la tranquilidad, la felicidad. El precepto único es “ser como él, manso y humilde”, un yugo que nos fortalece: el amor, el que nos hace libres: la verdad.

 

“Los valientes no lloran” es una frase popular para resaltar la fortaleza, el no doblegarse ante los peligros y retos de la vida; pero también significa esconder aquello que duele en el alma, los “agobios” de cada día. Por ejemplo, cómo o con quién alivias tu soledad, tus heridas, frustraciones, dudas. Se necesita ser valientes para llorar o ser auténticos para ser valientes. Por ello, entre lágrimas, dudas, contradicciones, puedes pedir el hombro, la escucha, la compasión, la solidaridad de una persona que te inspire confianza y naturalmente acudir, sin duda, a la providencia del mismo Jesucristo.

 

Sabios y entendidos Vs. Humildes y sencillos

Los sabios y entendidos buscan fortalecer su conocimiento del mundo y seguramente de Dios, es un aporte a la ciencia y a la fe. Pero ¿qué cosas les ha escondido Dios a los sabios y entendidos para darles a los pequeños “desentendidos”? Es una crítica a la obsesión por el conocimiento alejado de quién todo lo conoce, a lo que califican como sabiduría, pero no saciada. Jesús rompe la idea de cercanía y éxito del hombre con Dios. Dios no es sólo de los grandes teólogos, ni de los que dedican su vida públicamente a Dios, es de todos, incluso en medio de tus conflictos y pensamientos “desentendidos”.

 

Tampoco se trata de promover entre los “pequeños y sencillos” la ignorancia, a ministros poco preparados. Es una apertura a detenerse en lo principal, en el sentido, en la práctica cotidiana del amor, en vivir la verdad y la sabiduría en lo sencillo y humilde de la vida. Más allá de las complicaciones especulativas está la alegría de ser incluidos, de sentir que Dios no margina.

 

Entonces, la búsqueda de Dios implica el corazón de cada ser humano. La apariencia del valiente puede ser sustituida por la humildad. El conocimiento presuntuoso y soberbio ha escogido un espejo más que un cristal transparente. A Dios, así le ha parecido mejor, ser manso y humilde, con gran apertura al prójimo. La soberbia no tolera a Dios mientras que Jesús abre infinitas posibilidades de conocer más allá de lo que el hombre puede conocer por sus propios medios. Soberbios y humildes, tenemos un camino que se muestra llevadero y ligero en manos de la providencia de Dios.

 

La Palabra para los soberbios y humildes

Es como un juego del falso y el auténtico, los teólogos del tiempo de Jesús consideran conocer la voluntad de Dios. Entonces Jesús les aclara el panorama: Jesús se presenta como el único que puede dar un conocimiento verdadero y auténtico de Dios: es el Hijo, conoce totalmente al Padre, porque habita en él y se ha comunicado todo al Hijo. Este conocimiento no está cerrado a los hombres, es más, Jesús vino precisamente para conducir a los hombres al Padre. Pero seguirá el mismo estilo que el Padre: se dará a conocer a sí mismo y dará a conocer al Padre sólo a aquellos cuyo corazón esté abierto a la fe en Él; aquellos que lo juzgarán, basándose en su propia "ciencia" bíblica, quedarán excluidos porque no creen y su corazón está cerrado.

 

Finalmente, si estás viviendo una crisis dolorosa, si experimentas la debilidad, si pesa el yugo trata de buscar a un ser que te ayude. Sin duda, se trata de la mejor ayuda, de parte de quien dijo: "Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo" (Mt 28,20). Jesús se acerca a tu lado para hacer llevadera la siembra, sólo toca esperar con confianza en que germine la semilla.

 

Palabra del papa Francisco

«Cuando decimos que está más en dar que en recibir —explicó el Papa Francisco— es porque el amor siempre se contagia, siempre contagia, y es recibido por el amado». Y «cuando decimos que está más en las obras que en las palabras», añadió, es porque «el amor siempre da vida, hace crecer». (27 de junio de 2014)

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».


Pintura 🎨

Cristo con la Cruz a cuestas

TIZIANO, VECELLIO DI GREGORIO

Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado

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