Bienaventurados los que trabajan por la paz
Solemnidad de todos los santos: todos se refiere a los que están canonizados en los altares y a los que no lo están, pero viven ya en la presencia de Dios. Las bienaventuranzas son un espejo del camino a vivir en la presencia de Dios donde se encuentran los santos y mártires.
Solemnidad de Todos los Santos
Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A)
La solemnidad de Todos los santos está vinculada a la de los fieles difuntos.
Todos los Santos, 1º Noviembre | Fieles difuntos, 2 de Noviembre |
Santos conocidos y desconocidos pero que Viven en la presencia de Dios.
Finalidad: contemplar y alabar la obra de Dios en cada ser humano llamado a ser santo y vivir la plenitud humana del amor, cuya obra de la misericordia de Dios no se detiene, se renueva constantemente y persigue la santidad.
Historia: Origen: s. IV, había tantos mártires que no se podía destinar un día para cada uno. Recordemos las persecuciones, la más sangrienta es la de Diocleciano, año 303, Historia: 13 de mayo de 610, Papa Bonifacio IV dedicó el Panteon romano al culto cristiano, lo consagró a Santa María la Rotonda. El Panteón era dedicado al culto de los dioses Romanos, cayó en desuso y hacia 608, Focas, emperador de Oriente le donó al Papa Bonifacio IV. 1º de noviembre del 835, fecha fijada por el Papa Gregorio IV, trasladó muchos cuerpos de mártires desde las catacumbas y volvió a consagrar la “Basilica di Santa María ad Martyres”. es probable que quizo contrarrestar la fiesta pagana del “Samhain” o año nuevo celta de la noche del 31 de octubre. | Cristianos bautizados. Se cree que viven en el purgatorio.
Finalidad: dedicación a la oración por parte de los fieles por todas las almas que han acabado su vida terrenal y aún permanecen en estado de purificación.
Historia: Año 998, cuando fue instituido por el monje benedictino San Odilón de Francia. Fue adoptada por Roma en el siglo XVI y a partir de aquella fecha se comenzó a rememorarse, el 2 de noviembre, entre los católicos de todo el mundo. La celebración concretamente se basa en la doctrina de que las almas de los fieles que al tiempo de morir no han sido limpiadas de pecados veniales, o que no han hecho expiación por transgresiones del pasado, no pueden alcanzar la Visión Beatífica, y que se les puede ayudar a alcanzarla por rezos y por el sacrificio de la misa. En diferentes regiones, actualmente, se celebran de acuerdo a las tradiciones locales. Es importante cuidar que no se alejen del centro que es un puente entre la vida terrena y el cielo que esperamos lograr.
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Cuando miro la pintura de Fray Angélico (Fra Giovanni da Fiesole) dedicada a todos los santos (“Tutti i Santi) puedo suponer que intentaba mostrar al mundo terreno un mundo celestial.
Las figuras de santidad mostradas en esta pintura renacentista están organizadas en filas, santos y mártires, en diferentes actitudes de devoción, con vestimentas y objetos al detalle característico. Al centro o en el foco de la mirada, está Dios Padre o Cristo, majestuoso. Cada santo tiene un rostro único, mirando a Dios, expresan devoción, paz, alegría.
Los colores suaves y luminosos, llevan la pureza en sus tonos dorados y celestes para reforzar una sensación de divinidad. La perspectiva celestial se logra en la simetría, en el equilibrio, en la armonía.
Es importante ver la pintura completa, la obra de “todos los santos” es parte de un retablo de Fiésole, que se encuentra hoy en la National Gallery de Londres, a la base se ve en el centro al Cristo resucitado, adorado por santos, profetas y miembros de la Orden dominica (cinco paneles).
Contemplar las imágenes nos llevan a la vida personal, desafiada a verse en el espejo de las bienaventuranzas. Son propias de los bienaventurados.
El sermón de la montaña no es el discurso de un influencer que quiere prometer lo que no vive, ni la proliferación de alguna ideología.
Cada bienaventuranza es un programa para tu vida. Nuestra vida. El primer reto es liberarse de los falsos valores, de las espumas y decoraciones de las vidas sin sentido. Es tan real y urgente: consolar a los tristes, vivir la justicia, saciar el hambre sin quitar el pan de los pobres, limpiar las lágrimas de los afligidos, orar por las víctimas de guerra, escucharnos, hablarnos, etc.
Si este sermón de la montaña no te toca al menos en una corazonada, significa que el confort y la indiferencia te han hecho asintomático, insensible, en el fondo Dios y la vida del prójimo no te importan tanto.
En esta fiesta de los bienaventurados, de los santos, necesitamos una pisca de humildad para saber que Dios está tocando nuestra puerta. Nosotros necesitamos de la intimidad con Dios. La seguridad y fortaleza, el amor de Dios y su perdón pueden producir en nuestra vida las alegrías celestiales.
Hoy Dios ha prometido muchas cosas, veremos si podemos hacer algo para responderlo.
Palabra del papa Francisco
“Los santos no son héroes inalcanzables o lejanos, sino personas como nosotros, nuestros amigos, cuyo punto de partida es el mismo don que nosotros hemos recibido”.
“La santidad es un don que se ofrece a todos para tener una vida feliz. Y, al fin y al cabo, cuando recibimos un don, ¿cuál es nuestra primera reacción? Precisamente que nos ponemos felices, porque significa que alguien nos ama; el don de la santidad nos hace felices porque Dios nos ama".
“La santidad es también un camino, un camino que hay que recorrer juntos, ayudándonos unos a otros, unidos a esos excelentes compañeros de ruta que son los Santos”.
(Papa Francisco. 1 de noviembre de 2023)
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».
Pintura 🎨
Fray Angélico. Todos los Santos.
Fray Angelico y Lorenzo di Credi. Retablo de Fiésole
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