ORACIÓN POR MI FAMILIA

Mi familia de JESÚS


Sagrada Familia del cordero. Rafael Sanzio👇

  La Sagrada Familia – Ciclo B (Lucas 2, 22.39-40) – 27 de diciembre de 2020

Jesús, amigo mío, tú conoces a mi familia,
Tú sabes que mi padre te necesita, como San José,
Para sobrellevar los dolores de la ancianidad,
Para sentirse acompañado y amado por sus hijos.
 
Jesús, hermano mío, conoces la vida de mi madre,
Ya sabes que ellas se preocupan y oran por sus hijos;
Las madres te siguen con el ojo que no se equivoca, 
Con la intuición uterina, con los sueños de María.
 
Jesús, Hijo obediente de Dios, ilumina la vida de mis hermanos,
Dales acierto, sabiduría, alegría y mucha fe para no alejarse de ti.
Infúndeles el amor para la unión y reconciliación en sus hogares,
Muéstranos a María y José en sus vidas y palabras, en sus dolores,
En toda crisis danos las capacidades para unirnos más en familia.
 
Jesús, María y José, protejan a mi familia.
Jesús, María y José, cuiden de nuestras familias. Amén. 



- Oración del Papa Francisco a la Sagrada Familia.

Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.

Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.

Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.

Santa Familia de Nazaret,
haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.
Amén.

Exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia, publicada en abril de 2016, el Papa Francisco incluyó una hermosa oración dirigida a la Sagrada Familia, cuya fiesta la Iglesia celebra este 27 de diciembre. 


- Oración a la familia por Juan Pablo II

Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra, Padre, que eres Amor y Vida, haz que en cada familia humana sobre la tierra se convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo, "nacido de Mujer", y del Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y del amor para las generaciones porque siempre se renuevan.

Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los esposos hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.

Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.

Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis, por las que a veces pasan nuestras familias.

Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, que la Iglesia en todas las naciones de la tierra pueda cumplir fructíferamente su misión en la familia y por medio de la familia. Tú, que eres la Vida, la Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu santo.


Explicación de la Pintura:

AñoHacia 1507
AutorRafael Sanzio
TécnicaÓleo sobre tabla
EstiloRenacimiento
Tamaño28 cm × 21 cm
LocalizaciónMuseo del PradoMadridFlag of Spain.svg España

Rafael presenta a María, José y Jesús niño jugando con un cordero en medio de un paisaje de idealizada belleza, con colinas arboladas, un lago, caminos serpenteantes y edificios; el cielo, claro y sin nubes, aparece surcado por una bandada de pájaros. Es una escena agradable y bucólica, aunque no falta la alusión al sacrificio redentor de Cristo en la figura del cordero, símbolo que también aparece en pinturas como Santa Ana, la Virgen y el Niño de Leonardo. 

A la izquierda del paisaje, en el camino que conduce hacia una especie de ciudadela, se aprecian las pequeñas figuras de una mujer con un niño en brazos a lomos de un animal, y un hombre llevando las riendas. Es una alusión evidente al episodio evangélico de la huida a Egipto, y en tal caso la pintura habría de interpretarse como un Descanso en la huida a Egipto. Se explicarían así las formas arquitectónicas un tanto extrañas que se aprecian en el fondo, reflejando de este modo el exotismo de un país extranjero.

El pintor muestra un estudio de diversas actitudes y fisonomías humanas en la pintura: el anciano san José, que se muestra de pie, el rostro de perfil, apoyado de forma pesada y un tanto inestable en su vara; la Virgen, de juvenil rostro visto casi de frente, en postura arrodillada; y el Niño, sentado a horcajadas sobre el cordero, cuya figura infantil, desnuda, llevando una sarta de corales al cuello (que en la época eran considerados amuletos protectores de los niños), mira a su madre con la cabeza mostrando el perfil contrario al de san José. Este juego de posturas, miradas y actitudes contrapuestas está resuelto con gran maestría, encadenando todos los elementos en una diagonal ascendente de izquierda a derecha; esquema geométrico que será una constante en la obra de Rafael.


 

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