Homenaje a mamà

Habitar en el amor


Mamá, hoy te saludo de manera diferente, superaré lo trivial y cursi, me enseñaste que lo trascendental está en la belleza de la naturaleza, en la creatividad, en lo sencillo y en la naturaleza. Esto es la paz, el amor, la fe,… vivida en tu cotidianeidad.

Cada ilusión, proyecto y oportunidad te la debo a ti que optaste por mí, tu gran proyecto. La ilusión con la que me esperabas me dio la gran oportunidad de homenajearte con la arteria en estas letras que para ti sí serán bonitas.

Me dejaste elegir lo que quería, el hacer y el ser se fueron moldeando con tu espíritu y también el de papá. El cordón umbilical sigue unido en el amor y me ha hecho tomar la rienda con la fuerza de la fe y la resolución del sudor de la frente.

También me quiebra tu soledad, aunque estás rodeada de todos los que te amamos y a lado de tu “viejo”. El silencio que tus hijos dejamos es porque te robamos la música de nuestros gritos, los sacamos del comedor, el patio, la sala y la chacra; incluso de algunas reuniones. Pero sonríe, tienes a las “reinas” que hoy agudizan la música, la pedagogía cambia con las nietas.

No te pido quemar etapas, sino vivirlas, dales su sentido. Calidad donada con alma corazón y vida, los problemas tienen solución, si no los tienen entonces para qué preocuparnos. Tus hijos sabemos distinguir lo bueno y lo malo, lo que nos conviene. Que tu fe y optimismo te roben lágrimas de emoción, no de dolor.


Tu sacrificio, penas, esperanzas, alegrías, … forman la imagen de la dama fuerte, preocupada, con profundos sentimientos y sabiduría. El amor, la fe, la paz son valores que la vida te premia, que dios te bendice y que estamos atentos para heredarlos. Te amamos mamá.

Voz en Cuello:
 
MD 18: "La maternidad de la mujer, en el período comprendido entre la concepción y el nacimiento del niño, es un proceso biofisiológico y psíquico que hoy día se conoce mejor que en tiempos pasados y que es objeto de profundos estudios. El análisis científico confirma plenamente que la misma constitución física de la mujer y su organismo tienen una disposición natural para la maternidad, es decir, para la concepción, gestación y parto del niño, como fruto de la unión matrimonial con el hombre. Al mismo tiempo, todo esto corresponde también a la estructura psíquico-física de la mujer. Todo lo que las diversas ramas de la ciencia dicen sobre esta materia es importante y útil, a condición de que no se limiten a una interpretación exclusivamente biofisiológica de la mujer y de la maternidad. Una imagen así «empequeñecida» estaría a la misma altura de la concepción materialista del hombre y del mundo. En tal caso se habría perdido lo que verdaderamente es esencial: la maternidad, como hecho y fenómeno humano, tiene su explicación plena en base a la verdad sobre la persona. La maternidad está unida a la estructura personal del ser mujer y a la dimensión personal del don: «He adquirido un varón con el favor de Yahveh» (Gén 4, 1). El Creador concede a los padres el don de un hijo. Por parte de la mujer, este hecho está unido de modo especial a «un don sincero de sí». Las palabras de María en la Anunciación «hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 38) significan la disponibilidad de la mujer al don de sí, y a la aceptación de la nueva vida."
(CARTA APOSTÓLICA MULIERIS DIGNITATEM DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II SOBRE LA DIGNIDAD Y LA VOCACIÓN DE LA MUJERCON OCASIÓN DEL AÑO MARIANO )

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