Homilía y Reflexión

Homilía para "Reflexionar la vida terrena a la luz de la Sagrada Escritura"

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Segundo Domingo de Cuaresma – Ciclo C (Lucas 9, 28b-36) 24 de febrero de 2013

 
“(...) vieron la gloria de Jesús”
 
¿Tú sabes cuál es la meta de tu vida? Esta pregunta es muy fácil, muchos pueden responder que su meta es ser profesional, tener hijos, tener dinero, una casa, un carro … la felicidad, muchas respuestas que cada uno las puede expresar a partir de sus experiencias, anhelos inmediatos.  Pero no deja de cuestionarnos nuestra procedencia, el camino emprendido, la meta del futuro, el objetivo de nuestra existencia.
Además de preguntarte por cuál es la meta de tu vida, un ejercicio adicional es describir la meta, si tu meta es la felicidad, ¿Cómo describes a la felicidad? Si tu meta es ser profesional, ¿Cómo describes a ser profesional? El ejercicio es muy fácil, por ejemplo: si en vacaciones mi meta es viajar a Cajamarca entonces la describo: su nombre proviene del quechua Kashamalca, “pueblo de espinas’ se sitúa a 2720 msnm en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes, en 1532 se capturó al Inka Atahualpa durante la conquista del Perú; en la cultura popular se destaca por la celebración del Carnaval, por sus productos lacteos, … se puede seguir hablando de su demografía, su clima, su folklore,  su culinaria. Es fácil describir la meta de un viaje, pero hacer el ejercicio de describir la meta de la vida suele ser complicada, desconocida, oscura.
Una de las primeras dificultades es que la mayoría tenemos metas de viajes, de tener, hacer, conocer,… muy buenas por cierto, pueden ser parte de una meta central, de la vida, por ejemplo ser feliz, ser santos, contemplar la gloria de Dios. SER, remite a lo más profundo de la existencia, y en el caso de los cristianos la gran referencia de la felicidad es Jesucristo, invitados a SER como Jesucristo, nos llama a dejarnos transformar en el ser por el mismo Jesucristo.
Esta meta desconocida y muy difícil de describirla, hoy, con el texto de Lucas con la escena de la transfiguración nos muestra la meta de todo ciudadano del cielo, de cada cristiano.
Las experiencias de nuestra vida, los malos testimonios, las decepciones, los corazones mal intencionados,… nos pueden sumir en la tristeza. Pero en el camino de la vida, Jesús nos invita a subir con él a la cima, como lo hace con los discípulos elegidos, con una acción netamente comunicadora, orar, comunicarse mejor con Dios, pero ellos comienzan a ser vencidos por el sueño, luego tendrán miedo y les asalta el egoísmo. Lucas describe la transfiguración en la cual Jesús sube al monte, ora, sus vestiduras se ven blancas, dialoga sobre su muerte con Moisés y Elías, llenos de gloria; se escucha la voz del Padre: “este es mi Hijo, el amado, escúchenle”. Los discípulos tienen miedo pero luego de la experiencia inexplicable sólo quieren hacer sus chozas para encerar a la ley, a los profetas y al mismo Jesús. Jesús no soporta este acto egoísta y les invita a tocar tierra, a transformar la realidad, del sueño, el miedo y el egoísmo.
La buena noticia es que Jesús, antes de su muerte en Jerusalén, nos muestra la meta de nuestro ser y que hacer de la vida, un camino a la gloria de Dios, a subir al monte con Jesucristo, a transfigurar la tierra con Cristo. La meta no comienza en el cielo, sino en a tierra, Nos preparamos para la resurrección y no para la muerte.
Primer Domingo de Cuaresma – Ciclo C (Lucas 4, 1-13) 17 de febrero de 2013
 
 

“(...) El Espíritu Santo lo llevó al desierto”

 
Un corazón agradecido transparenta sus luchas, equivocaciones y aciertos. Es el corazón del pueblo judío, agradecido, ligado a Dios en lo más íntimo y existencial, los 450 años de esclavitud en Egipto le hace valorar la cercanía de Dios, supo escuchar sus gritos y les sacó de la ignorancia, del peligro, de la idolatría,… 40 años por el desierto es un camino suficiente para que con dolor y lágrimas aprendan a conocer a un Padre liberador, bondadoso, les alimenta con el maná, les sana del veneno de las serpientes, les guía en el desierto árido y lleno de tentaciones. Hoy no caminamos por el desierto pero parece que 40 años no son suficientes para identificar el peligro de la idolatría, la mordida del mal, el hambre del Pan verdadero, la aridez de la vida, la esclavitud,… y, la cereza es: no gritar ni pedir a Dios su cercanía.
El número cuarenta se caracteriza, en la Sagrada Escritura, por remitirnos a tiempos y lugares de oración y ayuno. Cuarenta días de preparación para celebrar la Semana Santa, cada día es una oportunidad para plantearse cómo mejorar la vida, cómo superar el mal, cómo liberarnos de las tentaciones de la vida.
Las tentaciones nunca llegan como un rayo, pueden llegar por un E-mail, por el celular o por el Facebook pero siempre dan tiempo para pensarlo, evitarlo. Nuestro fracaso está en alimentarlo. La tentación viene con la mejor envoltura, agradable a los sentidos, casi como la salvación, el refugio, el sentido de la vida,… así se presentó la serpiente a Eva. Así lo sufrió el pueblo judío y también Jesús, la diferencia es que Jesús sabe responder a cada una de ellas.
El diablo sabe nuestras debilidades, a Jesús le insiste en hacer de las piedras Pan, comer de la injusticia, alimentarse sin esfuerzo, nutrirse para no vivir. No se compliquen, si los placeres duran poco debe ser por algo. El hambre azota a muchos niños en nuestro país, es tan fuerte como la corrupción, el fin no siempre justifica los medios: ¿Cómo nutrir a tus hijos con la injusticia? ¿A quién le estás quitando el pan? La Sagrada escritura afirma que comer el pan del pobre es como matarlo. Es decir, “Jesús le contestó: –Está escrito: “No sólo de pan vive el hombre.” El alimento verdadero no se reduce a comer pan, ni ceviche, ni parrillada con quien personifica el mal.
Otra tentación que nos seduce es el poder. Ésta penetra en lo más íntimo de cada persona, nos encanta tener el poder, el control, el ser como reyes, la buena fama. Muchos se arrodillan ante el mal para lograr un poco de poder. Muchos de los llamados cargos “políticos” son una máscara de estar arrodillados al poder de turno y el descontrolado deseo de tener, sin esfuerzo, una vida confortable, con privilegios, alejados de su pueblo. Sin embargo, cada puesto en el engranaje de la vida es muy importante y su única misión es servir. “Jesús le contestó: –Está escrito: ‘Al Señor tu Dios adorarás y a él sólo darás culto’”.
Las tentaciones no son una novedad, Jesús mismo es tentado. Nos encantan las acciones espectaculares, muchos vemos a Dios como un ilusionista para divertirnos, como un milagrero para contentarnos. Dicen que un monje le reclamaba a Jesús “por qué me tratas mal, si yo no hecho nada” Jesús le contesto: “por eso mismo, no haces nada”. Algunos filósofos para negar la existencia de Dios ponían el mal como una prueba. Pero, justamente, no valoraron que usan su inteligencia a su libre albedrío incluso para cuestionar a Dios, que son capaces de amar, de distinguir el bien del mal, brazos y manos, ojos, rostro, voz, piernas,…
 
¿Muchachos, tienen algo para comer?
Rituales de la amistad
Es 14 de febrero y los mensajes de aprecio y amor son enviados y recibidos con gratitud. Pero si algún distraído se olvidó de saludar le espera una protesta afilada que será depositada en el baúl de los malos recuerdos y sacados para restregar el CV de la relación. Las parejas no entienden la fluctuación (no económica) emotiva, y en consecuencia sienten los corazones alejados, los gestos fríos de amor, las miradas esquivas; se asustan y cometen errores. El gran vacío o incomprensión lleva a especular y arañar tanto, entra en una desesperación ciega, pues no le da espacio al proceso de madurez.
Al ver las parejas felices con una rosa, con un globo grande en forma de corazón, con una tarjetita,… aunque parece una simplificación del amor son pequeñas y fértiles semillas. Son momentos para aportar a la felicidad, rituales inolvidables para fortalecer la familia.  La última visita a casa pude percibir la tristeza de papá y mamá cuando un integrante de la familia se ausentó y hay un momento culmen con ingredientes especiales que nos unen: Comer juntos. Jesús vive esta realidad y come con sus discípulos, incluso en casa de publicanos y pecadores, los que parecen enemigos en un almuerzo pueden unir lazos de amistad (cfr. Lc 5, 27-32).
Los rituales infaltables que construyen amistad y la comunión son a parte de la comida realizar juntos las actividades. Cocinar, lavar, planchar, mirar una película, jugar, practicar algún deporte,…

Jesús después de resucitar no tuvo mejor idea que aparecerse a sus discípulos: “¿muchachos tienen algo para comer?”, ellos no han pescado, al salir él les esperaba el delicioso pescado asado y pan (Jn 21, 1-14). Hacia el 26 de enero mi madre nos sorprendió invitándonos para celebrar sus cumpleaños junto a sus hermanos, en la costa norte Peruana. Al otro día, aunque la piel se nos cambio como  a la culebra, fuimos en familia a la playa, aprovechamos que el mar estaba retirado para “camaronear” y pescar con la mano. Unos pescaban, otros recogían leña y preparaban el fogón, mientras las expertas preparaban nuestro plato de bandera “Ceviche” y se esmeraban, sin muchos condimento (olvidaron el aceite) el guiso de gallina. La tía trajo fruta de la chacra, las bebidas heladas,… Se improvisó una mesa “5 piedras” para sentarnos a compartir el suculento almuerzo junto al mar, con su rocoto, bromas y anécdotas- no importaba el ataque de los ultravioletas- sino el gran calor familiar. Ya en el ritual del onomástico, el día anterior, se lanzó la brillante idea de homenajear a quien siempre nos regaló su tiempo, su cariño, un amor innegable y su sacrificio, no digo el nombre porque es una sorpresa, aunque sea fácil deducir.
Los grandes hombres y mujeres hacen de los gestos de amor un hábito en la forma de tratar a la gente común. Más puede el amor que el odio. El resentimiento no curado hace daños profundos en el cerebro, produce dolores crónicos de estómago, sentimientos desproporcionados, insultos, agresiones,… Por ello, si recuerdan cuando los fariseos traen a una mujer que fue encontrada en adulterio Jesús no alimenta las pedradas, sino la justicia y la misericordia de Dios. Es decir, los grandes hombres ven oportunidades para tener gestos de amor no para tirar piedras. En consecuencia, si quieres profundizar en la amistad no olvides de los rituales del amor.
“Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "Vamos también nosotros". Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él. “Jesús les dijo: "Muchachos, ¿tienen algo para comer?". Ellos respondieron: "No". Él les dijo: "Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán". Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: "¡Es el Señor!" Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan”. Jn 21, 1-14
 Pecado de omisión
No entiendo por qué el día de la amistad no me entusiasma, valoro la amistad y extraño a mis amigos y amigas; sé que aprender a manifestar cariño pasa por la madurez afectiva, incluso por saberlo comunicar. No soy tan festivo, pero sí recuerdo que lloré en nombre de la amistad, la pena fue que nunca supo la persona, hacerlo pondría en evidencia la desconsideración.
El 11 de setiembre de 2001 atacaron las Torres Gemelas, en el que murieron cientos de latinoamericanos al servicio del emporio. Los mensajes que se registraron de los pasajeros desde los aviones se sintetizaban en: ¡Te amo! “Dile a mi hijo, a mi mamá, a los niños que los amo con todas mis fuerzas”. Lamentablemente esperamos los momentos duros para expresar nuestros sentimientos.
Alguna vez celebramos el día de la amistad, entre las dinámicas los periodistas manifestaban sus sentimientos. La parte jocosa era la manifestación de dos periodistas: “Te quiero mucho porque eres inteligente” decía uno, “también te quiero porque me has enseñado muchas cosas” respondía el amigo, y estallaban las risas y las mofas tendenciosas. “Sí amigos y amigas él es lo mejor que me ha sucedido”, “Mi amigo me quiere mucho por ello me echa flores”, “gracias por cuidarme”,…  El prejuicio me impide escribir los nombres, pero a menudo los hombres no somos libres para expresar nuestro afecto.
En Betania vivía Lázaro, murió y Jesús no corrió a verlo, cuando llegó ya estaba escandalosamente con mal olor; Jesús lloró por su amigo y fortaleció la esperanza y la confianza de sus amigas Marta y María. Se cuentan muchos chistes aplicados a la amistad de Jesús con Juan, el discípulo amado y con María Magdalena. De pronto en las mofas expresamos de manera inconsciente la calidad de amistad que sostenemos y el miedo a expresar con transparencia nuestros sentimientos. Cuántos amores recíprocos no han sido declarados, el peor pecado parece ser la omisión.
El ser amado (a) es un privilegio que no debe ser mal utilizado. Cuidado. Algunas sugerencias. Las palabras de una persona efusiva expresan sus carencias, son inapropiadas y artificiales porque sólo suelta palabras, al final es una amistad mentirosa. También nos pueden asaltar personas con palabras de amor porque las necesitan de vuelta, les duele hasta el hígado si no reciben cumplidos; sus palabras presionan o manipulan tus respuestas, no, el cumplido debe ser libre. Finalmente, existen personas apasionadas por expresar su amor pero son insensibles a la reacción, sólo proceden asumiendo que su voluntad es la de la otra persona, inconsulta, no escucha, habla, ordena, no ama.
La amistad contrita, no por atrición. Atrévete a expresar afecto. Jesús lo hizo hasta las lágrimas, libre, sincero, perseverante, sanador, dador de vida. A sus discípulos no les llama obreros, sino amigos, él mismo les seca los pies porque su misión es servir, no servirse.
 

“Sé auténtico, ... y tendrás AMIGOS”

Después de valorar la amistad también destaquemos la autenticidad, la transparencia de un mismo. Profundizar en la amistad nos lleva a ir contra las grandes cadenas de mentiras, pues éstas no tienen raza, ni estatus, ni religión. El camino es posible hacia la transparencia, el autoconocimiento. Es decir, la autenticidad manifestada con prudencia pone en evidencia nuestros  defectos, además muestra quienes realmente no dejarán de amarnos, de ser amigos.
Recuerdo la primera entrevista con uno de mis maestros. Le conté mi procedencia serrana, la sencillez de mis padres, la sobriedad de mi hogar. El ejercicio de la transparencia pasa por el autodescubrimiento, por salir de la reclusión de prejuicios. No soy rico ni influyente, pero estoy para servir. El maestro después de escucharme con atención dijo: “Me alegro, Sé auténtico, hijo”.
Esta frase ha sonado en mi vida, aunque este autodescubrimiento me lleva a coincidir con el gran apóstol Pablo: “Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago” (Gal 5, 15). El buscar cobijarnos como la ‘tortuga’ y el querer mostrarnos como ‘monos’ es un debate en el perfil de nuestra personalidad; construimos fachadas para tener amigos, pero pronto les perdemos. ¿Cómo entender que una de las instituciones más corruptas es el poder judicial y los actos inmorales suelen darse en las iglesias?
 El Papa Juan XXIII, “tenía su ángel”, era obeso, proveniente de una familia campesina y cuando fue a visitar la cárcel Regina Coeli, en Roma, recordó que visitaba a su primo encarcelado. Juan Pablo II pidió perdón por los errores de la iglesia en la historia.  Las personas transparentes tienen muchas críticas y muchas amistades sólidas.
La crítica es el pan de cada día; parece que en nuestras casas no nos educan para la amistad. Suelen alabar al joven que controla cualquier situación, que confía en sí mismo y que es un tosco individualista. De hecho es admirable, pero no amigable. En el fondo puede existir un profundo miedo al rechazo, por ello es devastador que una persona se aleje, esté fuera de su control ¿eso es amistad? En este sentido, la transparencia evita el utilitarismo en la amistad, es un seguro para la salud interior futura.
Un termómetro de la transparencia y del autoconocimiento, irónicamente, puede ser el tema del sexo, un poco satanizado. No hablo de los diálogos ficticios que ciertos jóvenes sostienen en los baños. Tampoco de las clases sobre planificación familiar. Sino del tema educativo. La parejas suelen hablar poco del tema, parece que en el fondo temen descubrirse utilitaristas. En los matrimonios suele ser un descubrimiento cómplice para avivar el amor y reforzar la confianza. Y entre amigos se mide el nivel de confianza cuando se habla del tema con la libertad para expresar las alegrías, los miedos e inseguridades.
El mostrarse con autenticidad a otra persona es un gran mecanismo de autoconocimiento, de confianza, de esperanza y de fe. Precisamente en este punto la iglesia católica tiene el sacramento de la reconciliación, tender puentes con un mismo, con los demás y con Dios. El contarle todo da lo oportunidad de mirar otros horizontes, y si va con la gracia de Dios, visionar un horizonte con sed de eternidad.
Por ello, cómo no extrañar a los amigos que no se molestan con nuestras extravagancias, aunque no aprueben nuestro comportamiento, nunca nos censuran. No se miden las palabras, no van llenas de maldad, no quieren recompensa por ser buenos, valen las iniciativas. Eso es transparencia, la misma que muestra Jesús con sus amigos (Jn 15,15), también al encontrarse con la Samaritana en el pozo. Ella inicia discutiendo con Jesús, pero él le pone en evidencia el valor de la transparencia, ella comienza a dejarse conocer. Tiene la gran experiencia de dejarse conocer, aceptar a Dios y contar su gran experiencia de autodescubrimiento y de las palabras del profeta, de una auténtica amistad.

Tiempo Ordinario V – Ciclo C (Lucas 5, 1-11) 10 de febrero de 2013
 
"Remad mar adentro, y echad las redes para pescar"
 En la historia han existido muchos Imperios (Romano, Bizantino, turco, Carlo Magno, Español, Portugués, Napoleón, Británico, Japonés, Hitler, Americano,…) pero otro mundo al margen de la dictadura y manipulación siempre es posible. La “Palabra de Dios” tiene una fuerza transformadora  que hace a Simón (Pedro) y a los hijos del Zebedeo (Santiago y Juan), frente a muchos curiosos en el lago, dejarlo todo.
Lo grandioso de Dios es que se vale de nuestras imperfecciones, como la de Isaías en un contexto litúrgico, la de San Pedro Santiago y Juan en una faena de pesca cotidiana, la de San Pablo en el camino a Damasco, de manera imprevista, como un aborto. Fortalece nuestra incapacidad e indignidad con el fin de hacernos profetas y “pescadores de hombres”. Isaías se siente impuro, Pedro exclama su indignidad y Pablo es un persecutor del cristianismo. Es decir, con Dios, el miedo es cambiado por la valentía, la indignidad por la gracia, el odio por el amor.
A esta experiencia San Pablo le llama evangelio y escribe su carta maestra en la que se expresa el credo fundamental del cristianismo primitivo, anuncia la muerte y resurrección de Jesús. Esta experiencia de los testimonios de la resurrección va cambiar la vida de manera real.
Eso hace la Palabra de Dios: Cambiar la vida. Puedes objetar, tanto Isaías como Pedro lo hicieron pero con esta experiencia miran de otra manera a la vida, al camino, a su existencia. En la compañía de Jesús lo que parece imposible se concreta: después de intentar pescar toda la noche no le logran y en el día los peces se alejan, pero con la Palabra de Jesús (evangelio) la pesca es abundante; san Pablo es un judío convencido, persigue a muerte a los cristianos y termina siendo el gran apóstol del cristianismo.
La pesca abundante hace que su interés no esté en los pescados ni en la venta, los apóstoles han descubierto y vivido algo más profundo para su vida, por eso lo dejan todo para seguirle.  Se encaminan a una nueva misión, para pescar a los hombres en el mar de la vida y anunciar la salvación de Dios.
Jesús sentado en la barca va apuntando posibilidades, remar mara adentro; lanzar las redes donde parece no haber producción, donde está convulsionado por la desconfianza y el cansancio de la noche, bregar en otras direcciones. La barca necesita de brazos humanos, no es un trono de la cátedra, para combatir los miedos, debilidades, miserias, pecados,… El conformismo y la individualidad. Pedro se confiesa pecador, pero a Jesús no le importa, con paciencia espera que le siga. Grandes oportunidades para desarrollar nuestra vocación.
 


 Amistades valiosas


Quizá sea el menos indicado para escribir sobre la amistad, pero estoy saciando mi egoísmo o mi egocentrismo porque quiero reflexionar sobre mis amigos y amigas. No quiero contar las amistades. Sólo decir algo, de pronto sea un merecido homenaje a las pocas amistades.
La indisciplina puede hacer perder tiempo importante para darle mayor relevancia a las relaciones. Es conocido el caso de quienes acumulan títulos, ganan mucho dinero, se compran la mejor ropa, viajan y comen hasta saciarse. Pero son personas solitarias, dan poca importancia a la amistad. Aparentan éxito y se exigen en los negocios o en los estudios para compensar sus fracasos en otras áreas.
Amar nunca es una mala inversión, tampoco se pierde, aunque la experiencias sean dolorosas en algunos casos; la construcción cotidiana del amor significará firme caminar por las puertas de la libertad y el “éxito”. ¿Cómo no valorar a una persona cercana a quien puedas llamar y contarle tus problemas? ¡Lo bien que se siente ser bienvenido en una casa aunque caigas de improviso! ¡Qué emoción tener personas con quienes compartir actividades recreativas! ¿Cómo no agradecer a Dios por las personas que se preocupan de manera práctica cuando estás enfermo o con otras necesidades? Es muy conocida la escena en la que Jesús llora por la muerte de su amigo Lázaro.
Cuando hablo de amistades no me refiero a los amoríos, aventuras o parejas despreocupadas e inescrupulosas. Darse tiempo para ellas no significa sumergirse en un torbellino de fiestas, salidas y cientos de contactos, así el tiempo cronológico no daría espacio para celebrar el kairológico. Las profundas amistades se construyen con el tiempo, va más allá del espectacular celular, pasa por apagar el televisor para dialogar. Las amistades sienten que son edificadas y con un vaso de agua son felices, optimistas; pero las voraces, necesitan del cigarrillo, licor, sexo y comida, angustias, contradicciones, sufrimiento,…
Jesús, nuestro amigo, decía que quien pierde la vida la encuentra; es decir nos podemos encontrar en aquello que estamos dispuestos a perder. Sí, por ejemplo el tiempo con las amistades. El símbolo por el que nos caractericemos sea por el amor, también es idea vivida por Jesús.
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Hola, soy Javier Abanto. Escribo reflexiones, vivencias y anécdotas. Publico artículos de teólogos y poetas. Estudie teología y comunicación. Desde el 2005 me dediqué a la docencia universitaria y a la gerencia de emisoras de corte cultural y religioso. La vida necesita de alegría y esperanza. Necesitamos a Dios en nuestra vida.
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¿Qué es "Luciérnaga"?

"Luciérnaga" Surge para expresarme de manera sencilla. Las luciérnagas remiten a mi origen rural - andino. Son visibles al caer la noche y hacen volar la imaginación con sus luces intermitentes, propias y naturales.

Luciérnaga se dirige a las personas de buena voluntad que buscan vivir con justicia y paz. Necesitamos del humor y la alegría. Y, sin duda, el mundo necesita de Dios.

Gracias por leer y compartir, no olvides comentar.

Javier Abanto Silva
javierabantosilva@gmail.com

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