Jesús cura a dos ciegos que creen en él (Mateo 9,27-31)
“No hay peor ciego que quien no quiere ver”
¿Qué no queremos ver en la realidad de nuestra
vida? Sólo puedo dar alternativas: la pobreza, la ignorancia, la inseguridad,
el poco amor, la apatía al amor, falta de perdón, el perdón propio, las
oportunidades, las debilidades, horizontes, la fe, mucha fe, entre otros
aspectos.
La ceguera suele ser un buen refugio, así como
la corrupción puede ser una oportunidad para tener dinero y el uso de medios
dudosos para lograr fines egoístas.
¿Cómo, entonces, nos pide Dios en este tiempo
de adviento que veamos esta realidad? Obvio, como ciegos, pero los del evangelio.
Se dirigen con humildad y seguros para pedir la compasión de Dios. Eh allí el
primer problema, tenemos la idea de que no necesitamos la compasión de nadie,
preferimos el orgullo a este salto de humildad.
Pero la humildad puede ser fingida, lo que se
ve es un ciego pero lo que esconde puede ser un ser lleno de maldad. Entonces Jesús
de manera astuta pregunta: ¿creen que yo puedo hacerlo? Otro peldaño difícil,
realmente creemos que Jesucristo puede hacernos ver o creemos que con nuestra
inteligencia es suficiente, o no conocemos lo enorme que puede resultar el complementar
nuestra ´gran´ inteligencia y la voluntad de Dios.
“Sí Señor” es la respuesta inmediata de los
ciegos, pero como a Dios no se le engaña, Jesús les dice algo que podría
escanear nuestras intenciones: “que les suceda como ustedes han creído”, felizmente
creyeron que sí les puede devolver la luz.
Finalmente, en la promesa del profeta Isaías
el ver está relacionado al escuchar, a la libertad, a la justicia, a la
instrucción para los tercos. Los ciegos miran más allá de lo físico y disfrutan
de la compasión, perdón y la capacidad de ver que les da Jesús, es tanta la
alegría que no la quieren callar y lo comunican con una aparente desobediencia
a Jesús que les pide guardar el secreto.
¿Pero, aun sigues siendo ciego? Todavía te
topas con las cosas, no distingues a la gente, no ves que ya estamos en verano
y el sol ilumina los edificios coloniales de nuestra capital. Necesitamos de
esa luz que nos haga mirar nuevos horizontes, caminos seguros, pasos firmes,
palabras agradecidas, distinguir, diferenciar, precisar, focalizar, fidelizar, apuntar,
calcular, colorear, proyectar, innovar, iluminar, conocer, comprender, amar,
ver, observar, mirar. Si ya no quieres ver, entonces qué quieres!!!!!
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