El que cumple la voluntad del Padre entrará en el reino de los cielos (Mateo 7,21.24-27)
“Más
alto... más duele el golpe”
¿Soy de los que
dicen “Señor, Señor” pero luego hago lo que me viene en gana?
Para quienes gustan
de una sugerencia que ilumine la vivencia del tiempo litúrgico de Adviento
existen maestros espirituales como el profeta Isaías, la Virgen María, San Juan
Bautista. Son unos maestros espirituales que con su ejemplo
de vida iluminan lo
que significa preparar la Navidad.
Hoy, la gran imagen
de Isaías es la edificación, llevada a su sentido integral por Jesús, según el
evangelio de San Mateo.
En ambos textos
presentan la FIRMEZA como característica de la persona que cree en Dios. La
virtud de la Esperanza está presente.
¿Qué tan firme es
nuestro edificio?
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¿Se nos ofrece dinero producto de
un robo de la corrupción, de la injusticia, de la explotación, a cambio de
servicios indecentes, para hacer daño a los demás. Estamos necesitados porque
no tenemos para cuidar la salud, la vivienda, la comida. Es firme nuestra
convicción de que ese dinero nos solucionará el momento pero igual incrementará
la infelicidad?
-
Se presenta la ´mejor´ propuesta
como una chica linda, un joven prometedor, una aventura fascinante con la única
preocupación de que nos pillen,… pero resulta que estamos casados,
comprometidos. ¿Somos firmes con nuestros compromisos o rajamos el corazón a
cambio de lo fugaz?
Hacemos lo que nos
da la gana y ojalá sea lo que Dios quiere, es decir su voluntad, que él sea la
roca, la firmeza, con su ayuda todo es posible.

-
¿Estamos resentidos, llenos de
ira, queremos que la otra persona actúe a nuestro antojo y les llenamos de
palabras dañinas, dejamos la asertividad a cambio del orgullo y la cerrazón
personal? ¿Somos firmes con el respeto y la consideración?
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Sabemos los secretos de los demás,
las vergüenzas y equivocaciones. Nos valemos de las debilidades de los demás
para mostrarnos fuertes. ¿Somos prudentes y tenemos palabras edificantes?
La casa firme
construida sobre roca puede soportar los vientos, las lluvias y la fuerza de
los ríos. La casa edificada sobre arena puede tener la fachada de un castillo,
hermoso, pero los vientos y las lluvias lo destruyen con facilidad. La firmeza
en la fe implica calcular bien el camino, la aventura siempre es fugaz, el
apasionamiento es ilusorio. Así es la vida, podemos crecer como espuma pero somos
espuma, podemos tener dinero pero es sólo dinero. Acá, suena el refrán: Cuanto
más alto, más duele el golpe.
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