IV Domingo de Pascua (B): “Yo soy el buen Pastor”

"Dios es tu cura.  Tu cura no es Dios"

 

El buen pastor
De Bartolomé Esteban Murillo - [1], Museo Del Prado. Madrid.  Dominio público, 

IV Domingo de Pascua

Año litúrgico 2020 - 2021 - (Ciclo B)

 

Necesitamos ser confiables. Sin confianza no es posible el dialogo, no madura el amor, no nos sentimos libres. Para tener la puerta abierta estamos llamados a ser confiables y entrar, ser parte de la casa, de la familia, de la comunidad. Acá, está la bisagra de la vocación. Hoy te planteo tres preguntas, respóndelas tú, también, tres testimonios de "dar la vida", de los miles que existen.



 

- ¿Por quién darías la vida? Pues la vida te lleva a tomar decisiones de vida o de muerte. Es decir, vives para ser rayo de vida o de muerte. Suena ‘suicida’ – dar la vida- porque preferimos decir: “las águilas andan solas y las ovejas en manada”. Seguramente necesitamos de esa visión autónoma sin desligarnos de la misión comunitaria. 

 

- ¿En quién confiarías tu vida? Parece que el perfil simoniaco o el capitalista nos ha invadido tanto que existen testimonios antagónicos: el lobo vestido de oveja, el asaltante fingiendo amistad, el ladrón aparentando cuidar.

 

- Dios es tu cura.  Tu cura no es Dios. Un ‘cura’, popularmente conocido es la imagen de ‘pastor’. Tú te dejarías ‘curar’ por alguien de confianza. El ‘cura’ confía en el cuidado de Dios y es confiable para cuidar con mucha dedicación, a tiempo pleno, con la ternura y el amor divinos. 

 

👉 23 días de sacerdote. Livinus Esomchi Nnamani, Nigeriano, de 31 años, recibió el Sacramento del Orden el jueves santo (2021), hospitalizado en el Presidio Sanitario Medica Group Casilino. El día anterior sintió que la leucemia avanzaba y escribió al Papa Francisco pidiendo ser ordenado sacerdote, a las dos horas la respuesta llegó por medio del monseñor Daniele Libanori. Ya como “Alter Christus”, P. Livinus, celebraba la eucaristía en su cama. El viernes 23 de abril partió a la casa del Padre, sacerdote para siempre, acompañado de los religiosos de su comunidad Mater Dei, rezando con fe el Sub tuum praesidium. Su cuerpo será llevado a su Nigeria natal.

 

👉 90 años de vida consagrada, 108 y más de existencia. la dominica Piscatella, celebró su cumpleaños nº 108, el 20 de abril, es la segunda religiosa con más edad en los Estados Unidos. Nació en 1913, han pasado 9 papas, 18 presidentes. La más anciana es Vincent de Paul Hutton, dominicana de la paz, de 110 años, reside en su comunidad en St. Catharine, Kentucky. La hermana Piscatella nació y creció en Islip Central, Nueva York; ha superado: dos guerras mundiales, la Gran Depresión, la gripe española y la pandemia de COVID-19, entre otros desafíos. También, algunas lesiones en la cadera, la amputación del antebrazo, una hemorragia cerebral, y cada día es infaltable a las oraciones litúrgicas y a la eucaristía. Respecto a su longevidad dijo: ′′Supongo que Dios no me quiere todavía," ′′ Él sólo quiere que me quede por acá."

 

👈 La Ciega de Metola (Italia). Margarita, era hija de una familia adinerada. Nació ciega y encorvada. Sus padres se avergonzaron y la escondieron de las amistades. Un día, la abandonaron en Metola. Vivió en un cuarto oscuro donde un sacerdote la educaba en la Sagrada Escritura. Una familia la ayudó por caridad. Con el tiempo se convirtió en una predicadora itinerante y con obras concretas de caridad desde su pobreza y sencillez humana. 

 

El 24 de abril de 2021, el Santo Padre Francisco decidió extender a la Iglesia universal el culto a la beata Margarita de Città di Castello, de la Tercera Orden de los Frailes Predicadores; nacida hacia 1287 en Metola (Italia) y fallecida en Città di Castello (Italia) el 13 de abril de 1320, inscribiéndola en el Catálogo de los Santos.

 

Su iconografía muestra su corazón con tres globos cristalinos de Jesús, María y José, sus grandes amores. Una mística que contempla el pesebre, la familia, el centro es  Cristo. La ciega Margarita tenía la luz de la Encarnación. El siguiente poema encierra su gran espiritualidad.




Con mis manos toco las paredes
Pero con mi alma, la verdad,
Mis dedos para mí son sombras
Pero Dios, un destello.

Me siento cerca de lo que está lejos
Cuando pienso, creo que estoy mirando;
Mi cuerpo está sentado en el presente,
Mi alma flota en el infinito.

Las cosas graciosas del aire
Pasan para mis orquestaciones.
Sólo oigo las alas de los pájaros
Pero veo las alas de los ángeles.

A veces canto sin voz,
Así como pienso sin hablar
La ceguera que Dios me ha dado
Es una forma de darme luz.

Si tomo un camino
Hay dos senderos:
Uno, el camino donde estoy
El otro, la verdad en la que estoy.

En mí hay, en el fondo de un pozo,
un pozo de luz hacia Dios.
Allí, en el fondo, al final,
un ojo formado en los cielos

 

Fernando Pessoa, Sono un sogno di Dio,
Magnano (BI), Qiqajon, p. 53


 


Papa Francisco

El Buen Pastor, Jesús, está atento a cada uno de nosotros, nos busca y nos ama, dirigiéndonos su palabra, conociendo en profundidad nuestros corazones, nuestros deseos y nuestras esperanzas, como también nuestros fracasos y nuestras decepciones. Nos acoge y nos ama tal y cómo somos, con nuestros defectos y nuestras virtudes. Para cada uno de nosotros Él “da la vida eterna”: es decir, nos ofrece la posibilidad de vivir una vida plena, sin fin. Además, nos cuida y guía con amor, ayudándonos a atravesar los senderos escarpados y los caminos muchas veces arriesgados que se presentan en el itinerario de la vida. REGINA COELI 12 de mayo de 2019


Lectura del santo Evangelio según San Juan 10, 11-18

En aquel tiempo, dijo Jesús:

«Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.

Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.

Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre».


Pintura: 

De Bartolomé Esteban Murillo - [1], Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=9533667

Añohacia 1660
AutorBartolomé Esteban Murillo
TécnicaÓleo sobre lienzo
EstiloBarroco
Tamaño123 cm × 101 cm
LocalizaciónMuseo del PradoMadridFlag of Spain.svg España

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