XIV Domingo del tiempo ordinario (C): «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre»

Los 72 son enviados por Jesús a predicar la Paz, sanar enfermos, etc. incluso, regresaron felices y admirados de cómo hasta los demonios se sometían en su nombre.

 

Icono de los Setenta Apóstoles.

 

XIV Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2021 - 2022 - (Ciclo C)


 

¿Cómo hacer la promoción vocacional?

 

Los conventos y seminarios tienen cada vez menos vocaciones. Es una realidad tan cruda como la adversidad a la fe. No sólo se necesita cultivar la tierra, sino que los cultivadores sean cultivados; suena lindo la “iglesia en salida” -como los 72- como una respuesta a la tentación de frialdad misionera.


Qué le puede atraer a una persona joven para ser parte de una misión evangelizadora -sinodal- en el mundo de hoy.

 

Misión

Una misión clara permite acciones concretas y contextualizadas. El objetivo es “hablar de Dios”, es decir, anunciar las palabras de Jesús. Para ello, debes reflexionar algunas actitudes recomendadas:

 

-       Ponerse en camino. Vayan, de dos en dos. (Lc. 9 57-62)

¡Cómo duele salir del confort! Cómo agendar una misión a favor de los demás, cómo trabajar de dos o en equipo, cómo ser gente generosa y de paz, y cómo testimoniar la realidad de la vocación.

 

En el contexto actual puedes plantearte: A dónde voy, a dónde debo ir, ¿dónde cumplir la misión? Felicito a quienes han tenido el gozo de los 72 después del regreso de la misión. 

 

¿Dónde ir?

Actualmente, puedes ir donde quieras virtualmente, las fronteras ya no son un límite ajustado. A puertas del metaverso, un mundo virtual más grande y accesible que el mundo pagano de los 72 discípulos. Allí, seguiremos necesitando de la libertad y la vocación universal del amor. Los escenarios se modifican, pero la misión de la justicia y paz clama por testimonios vocacionales.

 

El encuentro “face to face” es necesario. La humanidad necesita del encuentro físico, afectivo, con gestos y palabras edificantes. Ir a los pueblos, donde los seres humanos se encuentran para convivir, los escenarios de cultura, política, de información, etc.

 

Desproporción y desproporcionados

La magnitud de la tarea y la cantidad de obreros es para rezar más y más (cf. Lc.10,1). Se necesita orar para que Dios mande los medios necesarios para construir el reino.

 

La cantidad de medios para realizar la misión es desproporcionada a la confianza que podemos depositar en Dios. Mucho wifi poca fe. El wifi es importante, pero sin fe Dios termina siendo de escritorio, un mero razonamiento.

 

Los criterios de éxito no se comparan a la propuesta de una túnica, un bastón y unas sandalias. Como el dinero, el transporte y comida seguros a la mendicancia, a la humildad para aceptar la caridad y el llamado interior a trabajar más de lo normal.

 

San Pablo enseña que hay una paradoja en la debilidad. En lo que humanamente parece debilidad se revela el poder de Dios (cf. 2 Cor 12,9-10).

 

¿Cómo lo hacen?

No se trata de seducir con palabras, ni de dibujar una vida de burbujas. Los promotores vocacionales necesitan la fe y el entusiasmo de los 72 para presentar quién es Jesús y las experiencias de sus seguidores. Se puede vivir hasta la pasión y aparentemente el mundo no cambia mucho. Seguir a Jesús es pensar en su mismo destino.

 

En las recomendaciones se pueden destacar:

-       El mensaje es de paz (ser pacífico), Justicia (justos) y amor (saber amar). Pero la advertencia es la prudencia y sabiduría ante las estrategias de los lobos que no necesariamente están en el bosque. La verdad es incómoda, de vida o muerte.

-       Los corderos es una imagen de Jesús manso y humilde de corazón. Las grandes tareas lo hacen los humildes, con provisiones providenciales, con las sandalias limpias de la sangre y tierra de muertos existenciales.

-       La fe se comparte con libertad. El respeto a la fe evita la violencia. El príncipe de la paz no puede ser impuesto. Se lo presenta, se propone y especialmente se lo vive. Ese gozo de vida es ya un testimonio claro. 

-       Así como no podemos ocultar la baja cantidad de misioneros y cristianos, tampoco podemos ocultar la gran alegría que sienten los que decidieron darle a su vida un rol de servicio y construcción de mejores seres humanos, tal como lo propuso el mismo Jesucristo.

 

Necesitamos trabajar en la confianza radical en Dios, la prioridad espiritual (Cf. Lc. 10,2), no hay orgullo porque los éxitos son de Dios, se supera la angustia ante los fracasos porque la responsabilidad también es de Dios, nunca solos porque la misión es de dos en dos como la primera comunidad.

 
Palabra del papa Francisco:

 

Estas palabras del Papa Francisco, espigadas de la Encíclica Evangelii Gaudium La alegría del Evangelio (nn. 20,21,24), hacen resonar para nuestros días el pasaje evangélico de este domingo:

  «En este «¡Vayan!» de Jesús están presentes los escen arios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y todos somos llamados a esta nueva «salida» misionera».

  «La alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera. La experimentan los setenta y dos discípulos, que regresan de la misión llenos de gozo».

  «La Iglesia en salida es la comunidad de discípulos misioneros que toman la «iniciativa», que se «involucran», que «acompañan», que «fructifican» y «festejan».

  «La comunidad evangelizadora experimenta que el Señor tomó la «iniciativa», se ha «anticipado» en el amor; por eso, ella sabe «adelantarse», tomar la «iniciativa» sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos».

  «La comunidad evangelizadora se «involucra» con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, achica distancias, se abaja hasta la humillación si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo».

  «La comunidad evangelizadora siempre está atenta a los «frutos», porque el Señor la quiere fecunda… Encuentra la manera de que la Palabra se encarne en una situación concreta y dé frutos de vida nueva, aunque en apariencia sean imperfectos o inacabados».

  «La comunidad evangelizadora gozosa siempre sabe «festejar… La Iglesia evangeliza y se evangeliza a sí misma con la belleza de la liturgia, la cual también es celebración de la actividad evangelizadora y fuente de un renovado impulso donativo».


 (Blog: http://www.adorarenespiritu.org/articulo.php?id=1239)

 

 

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 10, 1-12. 17-20

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles:
“El reino de Dios ha llegado a vosotros”.
Pero si entráis en una ciudad y no os reciben, saliendo a sus plazas, decid: “Hasta el polvo de vuestra ciudad, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que el reino de Dios ha llegado”.
Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para esa ciudad».
Los setenta y dos volvieron con alegría diciendo:
«Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre».
Él les dijo:
«Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones y todo poder del enemigo, y nada os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».


Pintura: Icono de los Setenta Apóstoles.

Los setenta y dos discípulos (conocidos en la tradición del cristianismo oriental como los Setenta Apóstoles) fueron los primeros emisarios de Jesús, mencionados en el Evangelio de Lucas (Lucas 10:1-24). Según Lucas, el único Evangelio en el que aparecen, Jesús los designó y los envió de dos en dos en una misión específica que se detalla en el texto.

En el cristianismo occidental, son denominados generalmente como discípulos, mientras que en el cristianismo oriental por lo general son referidos como Apóstoles. En el uso de las palabras griegas originales, ambos títulos son descriptivos: un apóstol es un enviado en una misión (el griego usa la forma verbal: apesteilen), mientras que un discípulo es un estudiante, pero las dos tradiciones difieren en el alcance de las palabras apóstol.

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