V Domingo de Cuaresma (A). La resurrección de Lázaro en Betania. “Yo soy la resurrección y la vida”

“ Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá ”

 

La resurrección de Lázaro fortalece nuestra fe y esperanza en la vida eterna, es la confianza en la compasión de Jesús contigo y con los demás.

 

La resurrección de Lázaro
Codex Egberti, Fol 52v. Resurrection of Lazarus


V Domingo de Cuaresma

Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A)

 

Una respuesta al misterio de la muerte

La resurrección de Lázaro plantea ante los espectadores, creyentes y críticos, el misterio de la muerte. Y aunque no lo dice directamente te podrías preguntar ¿Quién es capaz de evitar, postergar y superar la muerte?

 

Lázaro es un amigo cercano de Jesús, vive en Betania junto a sus hermanas María y Martha. Lázaro enfermó gravemente y sus hermanas están desesperadas ante la cercanía de la muerte, envían un mensaje a su amigo Jesús, pero no tienen respuesta hasta dos días después cuando ya Lázaro está en el sepulcro. ¿El misterio de la muerte te produce una sensación de abandono de Jesús? Podrías preguntarle, “¿Señor por qué tardas tanto… mi sed, mi oscuridad, mi muerte?”

 

La muerte de los vivos o vivos muertos

Los milagros de Jesús están mostrando “la gloria de Dios”, su poder para que el hombre se “reinvente”, se renueve. En ese gran encuentro se revive. Por ejemplo: a la Samaritana le da agua viva (saciar la sed del amor), al ciego de nacimiento le da la luz y, hoy a Lázaro le da la vida. Dime si no te gustaría tener en tu vida a un Jesús que te regale amor, luz y vida.

 

En los tres milagros del encuentro con la Samaritana, el Ciego y Lázaro, no sólo les da cauce en su existencia, sino que son auténticos testimonios para avivar la fe y el amor, incluso la esperanza en la vida eterna como alternativa a la desesperación ante la muerte. 

 

Entonces, desde el hastío del desprecio y la marginación, estar vivos pero los ojos y el corazón muertos; de la soledad e insatisfacción; de la enfermedad, la desesperación y la pestilencia del sepulcro, es posible con las palabras del mismo Jesús: “Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado”. Una oportunidad para “revivir”.

 

Jesús se conmueve hasta las lágrimas

En tu vida existe un motor invisible, que ni los existencialistas podrían negar, es el que mueve el mundo, conmueve a Jesús, y en este momento palpita en ti: el amor. Los grandes actos, son como un milagro del amor. Está subrayado cuando Jesús se estremece al mirar las lágrimas de sus amigos. Si tus lágrimas son por un amigo seguramente también dirían los demás: “miren cuánto lo quería”.

En este contexto miremos que Jesús pone en peligro a sus discípulos, pero ellos han decidido ir a morir con él. Van a pesar de que allí ya quisieron matar a Jesús. Es decir, el amor está dispuesto a enfrentar los peligros y a la vez dar vida a los cadáveres, sacar de las tumbas a los muertos.


Enseñanzas de la Resurrección de Lázaro por Jesús

La compasión y el amor de Jesús: 

Jesús es capaz de empatizar con los sufrimientos de Martha y María, hermanas de Lázaro, llora junto a ellas, es empático y humano.

 

La afirmación de la divinidad de Jesús: 

La resurrección de Lázaro es un claro ejemplo del poder divino de Jesús y su capacidad para vencer la muerte. Esto reafirma su papel como el Hijo de Dios y el Mesías prometido.

 

La importancia de la fe: 

Cuando Martha le dice que Lázaro volverá a vivir en la resurrección del último día, Jesús le responde: "Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá" (Juan 11:25). 

 

La promesa de la vida eterna: 

La resurrección de Lázaro también es una prefiguración de la propia resurrección de Jesús y la promesa de la vida eterna para aquellos que creen en él. Jesús dice: "El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás" (Juan 11:25-26).

 

La necesidad de obedecer a la palabra de Jesús: 

Lázaro obedece la voz de Jesús y sale del sepulcro, lo cual muestra la importancia de escuchar y obedecer la palabra de Jesús. También es un ejemplo de cómo la obediencia a la palabra de Jesús puede llevar a la vida y la libertad.


Palabras del papa Francisco

También hoy nos repite Jesús: “Quitad la piedra”: Dios no nos ha creado para la tumba, nos ha creado para la vida, bella, buena, alegre. Pero «por envidia del diablo entró la muerte en el mundo» (Sabiduría 2, 24), dice el libro de la Sabiduría, y Jesucristo ha venido a liberarnos de sus lazos.

Por lo tanto, estamos llamados a quitar las piedras de todo lo que sabe a muerte: por ejemplo, la hipocresía con la que vivimos la fe es la muerte; la crítica destructiva hacia los demás es la muerte; la ofensa, la calumnia, son la muerte; la marginación de los pobres es la muerte. El Señor nos pide que quitemos estas piedras de nuestros corazones, y la vida volverá a florecer a nuestro alrededor. Cristo vive, y quien lo acoge y se adhiere a Él entra en contacto con la vida. Sin Cristo, o fuera de Cristo, no sólo no hay vida, sino que se recae en la muerte.

La resurrección de Lázaro es también un signo de la regeneración que tiene lugar en el creyente a través del Bautismo, con la plena inserción en el Misterio Pascual de Cristo. Gracias a la acción y al poder del Espíritu Santo, el cristiano es una persona que camina en la vida como una nueva criatura: una criatura para la vida y que camina hacia la vida.

(Ángelus, 29 de marzo de 2020)

 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan 11, 3-7. 17. 20-27. 33-45

En aquel tiempo, las hermanas de Lázaro le mandaron recado a Jesús diciendo:
«Señor, el que tú amas está enfermo».
Jesús, al oírlo, dijo:
«Esta enfermedad no es para la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella».
Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo se quedó todavía dos días donde estaba.
Solo entonces dijo a sus discípulos:
«Vamos otra vez a Judea».
Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús:
«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».
Jesús le dijo:
«Tu hermano resucitará».
Marta respondió:
«Sé que resucitará en la resurrección en el último día».
Jesús le dijo:
«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».
Ella le contestó:
«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».
Jesús se conmovió en su espíritu, se estremeció y preguntó:
«¿Dónde lo habéis enterrado?».
Le contestaron:
«Señor, ven a verlo».
Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban:
«¡Cómo lo quería!».
Pero algunos dijeron:
«Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que este muriera?».
Jesús, conmovido de nuevo en su interior, llegó a la tumba. Era una cavidad cubierta con una losa. Dijo Jesús:
«Quitad la losa».
Marta, la hermana del muerto, le dijo:
«Señor, ya huele mal porque lleva cuatro días».
Jesús le replicó:
«¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?»
Entonces quitaron la losa.
Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo:
«Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado».
Y dicho esto, gritó con voz potente:
«Lázaro, sal afuera».
El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo:
«Desatadlo y dejadlo andar».
Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.


Reflexiones del evangelio dominical para el tiempo de Cuaresma:

Pintura

Codex Egberti.

Codex Egberti, Fol 52v. Resurrection of Lazarus

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