II Domingo de Cuaresma (A): La transfiguración de Jesús. "Levántense, no teman"

"Este es mi Hijo, el amado, en quien me complazco. Escúchenlo"

La transfiguración de Jesús ante sus discípulos Pedro, Santiago y Juan, muestra que Él es el verdadero Mesías, el Hijo De Dios, más que Elías y Moisés.


Transfiguración de Cristo


La TransfiguraciónGiovanni Bellini, 1480.

II Domingo de Cuaresma

Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A)

¿La transfiguración es posible?


¡Escúchame! Hijito amado, 

Algunas frases tiernas quedan sonando en nuestra vida, recuérdalas“Todo te entra por una oreja y te sale por la otra. Porque soy tu mamá y punto. Cuando tengas tus hijos dirás, mi madre tenía razón. ¡Que sea la última vez!. Como hijos gozamos de esa exclusiva atención y como hermanos de una complicidad que da razones a la mamá para seguir repitiendo, puedes seguir recordando.

 

¡Escuchar! Desobedientes

Nuestra crónica sordera inicia con Adán y Eva, Caín y Abel, Moisés, la sociedad de Babel y la tierra prometida. Desobedientes de Dios, de los padres, de los hermanos. Allí puedes encontrar la raíz de tus pesares. Es conocido el consejo: “escucha Israel al Señor tu Dios”, lo repitieron tantas veces los profetas y hoy lo repite el mismo Dios: “este es mi hijo amado, escúchenlo”. Los discípulos que lo acompañan finalmente obedecen, no abandonan el sentido de su vida, el anuncio de la Palabra de Jesucristo.

 
¡Escuchar! Confundidos 

Pedro, Santiago y Juan son los apasionados, pero primero son confrontados con sus más íntimos intereses. En la vida andamos de perezosos a pedigüeños; más consumistas más insatisfechos. ¿algo sucedió como para no enfocarse en lo importante?  Acaban de escuchar las palabras del mismo Dios y ellos están pensando en las tiendas, en las flores de primavera, en su tradición, en hacer inacabable la experiencia.

 

“¡Escúchale!” Es una exhortación paterna y fraterna. Paterna, porque desea lo mejor para ti como “hijo muy amado”, pero no siempre te gusta, te puede espantar, incomodar replantearte la experiencia. Fraterna, porque lo que hagas se relaciona o afecta a las otras personas, no temas, levántate. Es un plano para agachar y levantar la cabeza, humildad y oración.

 

Realmente, es mucha información, escuchan sus propios anhelos, revisan la historia y son bajados de la ‘nube’. Deben guardar silencio como para masticar sus dudas e identificar la clave interna del lenguaje luminoso de Jesús con sus grades ojos de la fe; “escuchar con los oídos del corazón”.

 

¡Escucharse! Hijos y hermanos 

En el fragor del camino a una iglesia sinodal, “escuchar” es cada vez más relevante. Hagamos una prueba: ¿Recuerdas la última vez que diste un consejo asertivo a alguien? ¿Recuerdas cuánto tiempo escuchaste o ya tenías la respuesta gracias a tu experiencia y sabiduría? 

 

Sin duda, pasaste la prueba, como superaste los consejos de mamá o como la reacción de los discípulos, pero puedes responder a otra pregunta: ¿Cuando tienes grandes problemas cómo te gustaría que te escuchen? ¿Cómo escuchas? Más que una estrategia de comunicación efectiva debería ser un acto fraterno, un momento de transfiguración donde se revelan grandes verdades y se expresa el amor de Dios para sus hijos predilectos.


Jesús nos baja siempre de las nubes para iniciar un camino eterno. Cada vez nos planteamos ¿qué significa iniciar el camino cristiano? para muchos podría ser un "emoticón" y no la transfiguración.

 

En clave de sinodalidad seguirán sonando: ¿Cómo escuchar a las mujeres? ¿Cómo escuchar para evitar el clericalismo?


Palabras del papa Francisco:

"La mujer tiene la capacidad de tener juntos tres lenguajes: el de la mente, el del corazón y el de las manos. Y piensa lo que siente, siente lo que piensa y hace, hace lo que siente y piensa. No digo que todas las mujeres lo hagan, pero tienen esa capacidad, la tienen. Eso es estupendo". 

(Papa Francisco en Mujeres, Iglesia y Mundo")

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo 17, 1-9

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y subió con ellos aparte a un monte alto.
Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.
De repente se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús:
«Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y una voz desde la nube decía:
«Este es mi Hijo, el amado, en quien me complazco. Escuchadlo».
Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto.
Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo:
«Levantaos, no temáis».
Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo.
Cuando bajaban del monte, Jesús les mandó:
«No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos».

🎨 Pintura:

La TransfiguraciónGiovanni Bellini, 1480.

«...Toda la escena es la "manifestación" plena de Jesús el enviado del Padre para llevar a la plenitud el misterio de la redención, para que todos los pueblos en Él tengan vida... Pero esa palabra del Padre: "escuchadlo" debe resonar fuertemente en nuestra mente y en nuestro corazón. San Pedro jamás la olvidó, como hemos escuchado en su segunda carta: "Y nosotros escuchamos esta voz, venida del cielo mientras estábamos con él el monte santo"


🙏 Reflexiones del evangelio dominical:

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