Jueves Santo: El lavatorio de los pies. "Si no te lavo, no tienes parte conmigo"

Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros


Jesús lava los pies a sus discípulos

Jesús lavando los pies a PedroGiottoCappella degli ScrovegniPadua.


Jueves Santo

Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A

 

 

Seguro te ha sucedido que cuando llega Jueves Santo y te piden ser voluntario para el lavatorio de los pies te causa extrañeza, lo quieres y no lo quieres, tienes un poco de vergüenza de mostrar tus pies, y cierto pudor que te lave un representante del mismo Jesús.

 

Pero te puedo contar la historia de manera trágica, no queremos más tragedia en este mundo, pero sólo para ver la importancia de la Cena del Señor: ¿y si te estuvieran lavando los pies para perfumarlos porque te espera la mortaja, y tus seres queridos derraman sus lágrimas en tu cuerpo muerto? La historia se da en un contexto de la cercanía de la muerte. 

 

Hoy es jueves Santo, en un día como hoy Jesús instituye la Eucaristía, el sacramento del orden sacerdotal. Por ello, cada bautizado, y en especial el sacerdote está invitado a tres momentos, actitudes, reflexiones.

  • Amar hasta el extremo: la muerte en la cruz
  • Reconocer lo que hacemos contra el amor de Dios: Pedro, Judas.
  • Amar como Dios nos ama. Lavar los pies

 

Amar hasta el extremo.

“Me amó y se entregó por mí” (Gal 2,20). Esta es la frase de San Pablo a los Gálatas que expresa la gran noticia del amor. San Juan nos narra el lavatorio de los pies en el contexto de que Jesús sabiendo que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. (Jn 13,1ss).

Es una bonita manera de hablar de la muerte. Regresas al Padre habiendo amado. Además, Jesús está haciendo la voluntad de Dios. Así, la muerte no es superior a los justos, no es el límite de lo bueno, no es el fin de la vida. La vida así con Jesús se hace eterna. Es decir, es la vida un camino a la vida eterna, no a la muerte como espectáculo. 

 

Jesús no lucha para no morir, sino para que su muerte tenga sentido y no sea ciega y absurda como la muerte que da el mundo.

 

Reconocer lo que hacemos contra el amor de Dios

En la cena también están Pedro, Judas y los otros discípulos. Están llamados al amor, pero no encuentran el sentido del amor. En su vida, la desconfianza, el apasionamiento, y otras manías les ha hecho duros, los ha llevado a esconderse. Se sienten amenazados por el mismo Dios.  Se dice que Judas ya estaba bajo el dominio del demonio y que Pedro bajo su lentitud para comprender.

 

El lavatorio es signo de esa purificación interior que se realiza con la pasión. Aquí, para Pedro -y para nosotros- surgen dos dificultades. La primera consiste en aceptar que hay que purificarse, es decir, en reconocer el propio pecado y la propia condición de pecador. La segunda, atestiguada por la resistencia de Pedro, es la dificultad de aceptar el ministerio mesiánico de Jesús tal como se realiza. Un mesías sufriente y derrotado. En los sinópticos, el mismo problema surge inmediatamente después de la confesión de Cesarea (cf. Mc 8,32 y paralelos). Por tanto, cuestionar el lavatorio de los pies es cuestionar toda la revelación de Jesús.

 

Amar como Dios nos ama.

Si Jesús se despojó, nosotros por qué no lo podemos hacer. Es la gran oportunidad amar como el mismo Jesús nos ama, para lavar los pies como Jesús nos lava sin importar cómo se vean nuestros pies.

 

Jesús deja a los discípulos la orden de repetir su gesto (cf. Jn 13,15). A partir de esta exhortación, hay que recuperar el verdadero sentido del rito. Celebrar el lavatorio de los pies en la Misa in Coena Domini, no puede ser una mera ocasión, sino que debe convertirse en una forma de vida para los cristianos. Toda la vida del cristiano debe estar marcada por el servicio.

 

Incluso cuando se desempeñan funciones de responsabilidad, deben vivirse como un servicio de autoridad. Seguro que el día en que las autoridades estén al servicio de su gente el mundo será más humano. 

 

Finalmente, el camino en este Jueves Santo inicia la pasión del Señor con tres tips para nuestra vida: Amar hasta el extremo de ser capaces de dar la vida, ser auténticos ante Dios aunque nuestros pies no recorran los mejores caminos, y amar como el mismo Dios nos ha amado, dejando todos los clichés sociales para ser mejores servidores. 

 

Palabra del papa Francisco 

El Papa invitó a “ayudarnos los unos a los otros, a darnos la mano con un corazón noble”. “Jesús sabe lo que tienes dentro y te quiere así y te lava los pies, Él no se asusta jamás de nuestras debilidades, solo quiere acompañarte, tomarte de la mano para que la vida no sea tan dura”. 

Papa Francisco. homilía. 6 de abril de 2023

 

Lectura del santo evangelio según san Juan 13, 1-15

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Estaban cenando; ya el diablo había suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la intención de entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y este le dice:
«Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?».
Jesús le replicó:
«Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde».
Pedro le dice:
«No me lavarás los pies jamás».
Jesús le contestó:
«Si no te lavo, no tienes parte conmigo».
Simón Pedro le dice:
«Señor, no solo los pies, sino también las manos y la cabeza».
Jesús le dice:
«Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos».
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios».
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis»


Pintura:🎨

Jesús lavando los pies a PedroGiottoCappella degli ScrovegniPadua.

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