XI Domingo del tiempo ordinario (A): Jesús llama a sus discípulos. Misión e identidad

“Vayan y proclamen que ha llegado el reino de los cielos. 

Curen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, echen demonios. Gratis han recibido, denlogratis.”

 

La misión remite a lo que somos en verdad, nuestra peculiar forma de ser, lo que nos identifica. Jesús llama a sus discípulos y les da una misión.

 

 

Jesús llama a sus discípulos
La Elección de los Doce Apóstoles representada por Domenico Ghirlandaio, 1481.


XI Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A)

 

La misión es: "Vayan y proclamen que ha llegado el reino de los cielos. Curen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, echen demonios. Gratis lo harecibido, gratis lo han de dar"

 

Gratuidad

Señor “dame”, esta vez mejor digo “toma” mi vida, mi tiempo.

Te doy mi idea de felicidad para que la encamines a la verdad.

Ofrezco mi corazón para que anide el sentido de eternidad.

Te regalo, si se puede decir así, mi fe para convertirla en respuesta.

Te prometo mi humildad en el diagnóstico y cura de mis enfermedades.

 

Pero la vida Señor, valgan verdades, sólo tú puedes elevarla, iluminarla, inspirarla.

El muerto (yo) no puedo resucitar muertos, dame mi vida para ofrecer vida.

Quiero que me limpies para identificar al ser humano detrás de cada lepra.

Te ofrezco mi palabra como símbolo de unidad y expulsar divisiones.

 

Me has dado gratis, te agradezco, mi servicio sea una pequeña ofrenda. 

¿Cómo caminaré si no sé a dónde?

Amén.

 

Tu distintivo en la vida

¿Cuál es tu misión en esta vida? Es una pregunta fácil y difícil a la vez, pero si no sabes tu misión, entonces cualquier camino te puede ilusionar. Nos distinguimos de los otros y no dejamos de fijar lo que somos junto a los otros. Jesús les da a los discípulos una misión, pero no les dispersa, mantienen su identidad, su característica personal en medio de la gran comunidad de los apóstoles.

 

La narrativa fundamental es el evangelio del amor y el perdón, y su logo más conocido de la historia es la cruz. Jesús nos ama tanto hasta llegar a la cruz, los apóstoles darán testimonio de ello y ahora muchos cristianos perseguidos son mártires, entregan su vida atendiendo a las heridas, a los abandonados, a los seres más débiles y violentados.

 
La compasión en la misión

¿Qué es lo que te estremece en la vida? A veces me estremece que no estén pendientes de mí o que yo no pueda lograr lo que busco; esto no es compasión, es un capricho egocéntrico. Me estremece el hambre en el mundo, la falta de fe, la violencia, la corrupción, etc; este estremecimiento es común pero no tiene la fuerza suficiente para involucrarse en la búsqueda de soluciones.

 

El peligro de perder el camino de la misión - en nuestra vida, institución, comunidad- es convertirse en cómplices indirectos de los males, dispararnos a los pies y entrar en una pereza crónica para regresar a las fuentes, para analizar el motivo de nuestra existencia. 

 

Aquella primera ilusión que sembró Jesús en sus discípulos les valió personalmente para encontrar sentido a su existencia, cada uno murió convencido de que su misión es necesaria e importante para la humanidad. Es decir, la dinámica misionera de la compasión no se queda en un estremecimiento interior sino en asumir realmente una acción con alma corazón y vida.

 

La misión sigue siendo actual

La misión debe tener la capacidad de entusiasmar, de despertar la espiritualidad de la compasión y el servicio del amor. Jesús se compadece ante un pueblo débil, marginado, desorientado. Un pueblo con necesidades perentorias y también las eternas. Jesús actualiza la misión, la dimensión sagrada y espiritual no es para la vida de unos “selectos” sino para cada ser humano. Es ilógico que tengas una misión apartada del mundo; Jesús no les envía a sus discípulos a su región ni a su nación, sino a todos los pueblos, más allá de las fronteras.

 
“Como ovejas que no tienen pastor”

¿Yo soy la oveja desubicada? ¿Los pastores no son un gran testimonio? ¿Los pastores no conocen su misión y “no tienen olor a oveja”? ¿Los liderazgos han perdido relevancia? Tantas preguntas, pocas respuestas, quizá las respondas en tu propia realidad.

 

Comprendamos un momento a los pastores o líderes, incluso a los padres de familia. Se quedan perplejos de la fuerza de un celular para absorberte en una burbuja, de la capacidad de consumismo, de la defensa obstinada de los propios intereses. 

 

Las ovejas no quieren un pastor

Son las ovejas que quieren todo y más, gratis, sin sentido de retribución, ni justicia, ni agradecimiento. Es como el centro de los derechos, pero no de las obligaciones.

 

 ¿Qué hay detrás de la vida de un ser egocéntrico? Miedos, alienaciones, percepción distorsionada de la realidad, complejo de superioridad, baja autoestima, escasos objetivos fundamentales: más obsesión por tener que disponibilidad para servir, más confort e instalación que abrirse a la novedad, cubrir sus necesidades y no las de los otros. Estas desproporciones en la vida de las familias y las comunidades traen consecuencias. 

 

Los líderes están llamados a enfrentarse a temas casi insolubles, a personalidades oscuras y tóxicas, a pensamientos retrógradas, a extremismos ideologizados, a supersticiones, a la ignorancia.  Entonces, las ovejas sin pastor no necesariamente quieren un pastor, aunque en el fondo lo necesiten con urgencia.


Los líderes también necesitan ser realmente seguidores de Jesucristo, coherentes, auténticos, inspiradores, motivadores y creativos. La crisis de modelos los aclama.

 

Si no hay una misión en la vida de cada ser humano, sin una motivación estamos viviendo como sonámbulos, en un planeta donde la vida es un accidente y no un don de Dios.

 

Estamos a nivel eclesial en un camino sinodal, caminar juntos, evitar el clericalismo, enfrentar las ideologías. El egoísmo no puede ser una peculiaridad de la misión, menos la identidad, por ello es una enfermedad que va tumbando grandes propuestas, hermosos carismas, jóvenes familias.

 

A lo largo del texto he planteado varias preguntas para reflexionar: finalmente en la práctica es ¿cómo “ir y proclamar que ha llegado el reino de los cielos. Curen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, echen demonios. Gratis harecibido, denlo gratis

 

Palabra del papa Francisco

Con su misericordia, Jesús elige a los apóstoles también «de entre lo peor», entre los pecadores y los corruptos. Pero depende de ellos preservar «el recuerdo de esta misericordia», recordar «dónde hemos sido elegidos», sin levantar la cabeza o pensar en hacer una carrera como funcionarios, organizadores de planes pastorales y empresarios. Es el testimonio concreto de la conversión de Mateo que el Papa Francisco volvió a proponer para celebrar una misa en Santa Marta el viernes 21 de septiembre, el día de la fiesta del apóstol y evangelista.

Misas matutinas, 21 setiembre de 2018

 
Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 36 – 10, 8

En aquel tiempo, al ver Jesús a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor». Entonces dice a sus discípulos:
«La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies». Llamó a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo, y Tadeo; Simón el de Caná, y Judas Iscariote, el que lo entregó. A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
«No vayáis a tierra de paganos ni entréis en las ciudades de Samaría, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis».


Pintura 🎨

La Elección de los Doce Apóstoles representada por Domenico Ghirlandaio, 1481.

La Elección de los Doce Apóstoles representada por Domenico Ghirlandaio, 1481.

La Elección de los Doce Apóstoles es un episodio de la vida pública de Jesús que aparece en los tres evangelios sinópticos (Mateo 10:1-4Marcos 3:13-19 y Lucas 6:12-16), pero no en el Evangelio de Juan. Tiene que ver con la elección inicial de los Doce Apóstoles entre los discípulos de Jesús

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