II Domingo de Pascua (B): la duda del apóstol Tomás

«¡Señor mío y Dios mío!»

 

Las dudas del apóstol Tomás nos dejan luces para las dudas sobre la fe en la resurrección. Hoy, Jesús muestra sus llagas y su corazón pleno de misericordia.

 

Tomás y la duda

Incrédulo Tomás de Bernardo Strozzi



II Domingo de Pascua

Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)

 


Fortalecernos en la fe, cada día, es una necesidad para desentrañar el misterio de la muerte y especialmente de la resurrección. Felices los que creen sin haber visto, pero también felices los que dudan y van aclarando sus dudas. Es lo que hace Jesús, busca iluminar la fe, corregir expectativas, hacer presente su misericordia, re-encuadrar lo más relevante. Las pariciones del resucitado están listas para disipar dudas de fe.

 

Permanecer en la comunidad

Tener un solo corazón, un objetivo, un camino, … esta es la base de la comunidad. Cuando somos parte de una comunidad podemos conocer las debilidades y fortalezas de la otra persona. En una comunidad se revelan muchas intimidades y también es posible resistir las crisis, encontrar caminos a los conflictos. La comunidad es un don de Dios, pero necesariamente es importante el don de gentes, el ser humano cercano, comprensivo y misericordioso.

 

Creer en Dios y dudar del resucitado

Tomás estaba ausente cuando llegó el resucitado. Tomás estaría retando a su cerebro para comprender qué ha sucedido. Llega y reta a sus hermanos, al mismo Jesús. Para decir “Señor mío y Dios mío” se necesita pasar por el filtro de la experiencia, del testimonio comunitario, de la gran misericordia de Jesús que le sigue el juego y confirma su corazón amoroso pero dudoso, temeroso pero decidido, cuidadoso pero disponible a entregar su vida. Regresar al calor de la comunidad encuentra al real corazón de Jesús.

 

Signos de la vida

Las llagas de Jesús se convierten en el mejor argumento para alejar todo licuado de fantasías. No es un fantasma, es el resucitado; así lo descubren fuera del sepulcro, en el camino a Emaús, en el desayuno de pescado a la brasa en la playa. Es el mismo que puso sus manos y sus pies para ser perforados a golpe de maldad. Es el mismo al que le dieron vinagre cuando pedía una gota de agua. Estaba con el costado rasgado, pero el corazón sigue pleno en su misericordia.

 

Pedir explicaciones

Ante las dudas es normal pedir explicaciones. No se trata de estar en contra, por ejemplo, un niño pide explicaciones ' ¿por qué el cielo es azul?, o una esposa pregunta a su esposo '¿por qué te demoraste en el trabajo?. Incluso, no es que la admiración y el amor desaparezcan, al contrario, despejar dudas es oportuno para fortalecerlos. De la misma forma, la duda de Tomás fortalecerá las intenciones de acompañar a Jesús en los momentos más peligrosos de Jerusalén: “vayamos también nosotros y moramos con él” (Jn 11,16). 

 

Seguirle al camino, la verdad y la vida

Después de la crucifixión se han leído varios episodios de la Resurrección de Jesús. El camino no es atractivo porque el miedo está retumbando en sus oídos el “crucifícalo”, “Dios mío, Dios mío, …” Cada ruido sospechoso activa la desesperación. Y en eso, se escucha una voz “paz a ustedes”. El sosiego, la alegría recobrada es como un mundo nuevo, son como una nueva creación insuflada, han recibido el soplo de vida, una fuerza para romper el miedo al camino. Ahora saben la verdad, el sentido de su vivir. Gracias a Tomás que hizo eco de la melancolía de Jesús en la última cena: “al lugar donde voy yo, ustedes no conocen el camino”. Tomás: “Señor, no sabemos dónde vas, ¿Cómo podemos conocer el camino?” (cfr. Jn 14, 4 -7). Ahora conocen el camino.

 

En este domingo, pedimos la misericordia de Dios y nos acompañe para despejar dudas, aclarar caminos, darle el auténtico valor a la vida. Pero especialmente le pedimos que aumente nuestra fe. 


María Magdalena aprende a no retener a Jesús, debe saber que Jesús es Dios y regresa a su Padre. Como Tomás necesitan lo tangible para creer, pero ahora deben comprender otra realidad no por ello alejados del corazón de Jesús ni de su misericordia, menos de su protección. Lo tangible pueden manejarlo, pero la eternidad será posible sólo con Jesús (cfr Jn. 20,11-18). 

 

Asimilar la nueva presencia de Jesús pasa por el vacío existencial y sentir el corazón y la intuición más emocionante como para expresar " Señor mío y Dios mío". El discípulo amado también necesitó ver y creer. Para una profundización bíblica se pueden analizar las apariciones del Resucitado.   

 

Palabras del papa Francisco

Y luego, además de la paz y de la alegría, Jesús da a sus discípulos una nueva misión: Les dice «como el Padre me envió, también yo os envío» (v. 21). La resurrección de Jesús es el inicio de un nuevo dinamismo de amor capaz de transformar el mundo con la presencia del Espíritu Santo En este segundo domingo de Pascua, estamos invitados a acercarnos a Cristo con fe, abriendo nuestros corazones a la paz, a la alegría y a la misión, pero no olvidemos las llagas de Jesús, porque de ellas brotan la paz, la alegría y la fuerza para la misión. Encomendamos esta plegaria a la intercesión materna de la Virgen María, Reina del Cielo y de la Tierra.

 

(Regina Coeli, 28 de abril de 2019)

 

Evangelio según San Juan 20, 19-31

 

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