XX Domingo del tiempo ordinario (B): El pan de vida Eterna - Eucaristía
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él
El discurso del Pan de Vida eterna se hace realidad en la Eucaristía y garantiza la comunión con Cristo hasta la Vida Eterna.
Arte religioso popular (Sandl, siglo XIX). La ingenuidad de la perspectiva remarca la circularidad y singularidad de los platos (u hostias) sobre una mesa "a vista de pájaro", a diferencia del cáliz y los comensales.
XX Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)
El “Pan de Vida” es una catequesis del Evangelista Juan (Cap. 6) que finaliza hoy y merece algunos esbozos aclaratorios.
- Jesús multiplicó los panes y recogieron doce cestas de trozos sobrantes. Al comer pan abundante, la gente lo quiere hacer rey, el circo no traería algo más espectacular que lo que acababan de ver. Pero Jesús estaba hablando de un Pan que cura el hambre hoy y en la vida eterna.
- Jesús recurre a la historia del Éxodo, el maná que llega providencialmente cada día y alimenta a los judíos en el seco desierto. Los Rabinos recurrían a esta historia y llamaban maná a la Palabra de Dios.
- Los conocimientos previos en el cerebro del auditorio son: Maná, Pan, Palabra de Dios. Comienza la crisis: Jesús dice que él ofrece el verdadero Pan del Cielo y que da la vida eterna. Esto es posible sólo para Dios, no para el hijo del carpintero.
- Lo inaceptable para los rabinos: Jesús dice que él es: la Palabra de Dios. Su cuerpo y su sangre es alimento de vida eterna. Él es maná, Palabra de Dios, Pan de vida eterna. Entonces, los judíos se imaginan en una escena horrible: masticar su cuerpo, beber su sangre.
- Finalmente, Jesús les pide que confíen en su palabra, ya tienen conocimiento de la historia y el significado del Pan de Vida. Pero, al final Pedro y los discípulos quedan con Jesús, los demás se van.
- Luego los cristianos quieren comer el Cuerpo y Sangre de Cristo, pero les causa dudas de que el pan y el vino sean realmente Cuerpo y Sangre de Cristo. Así, el Evangelista Juan sugiere la eucaristía como alimento para la vida eterna.
Algunas ideas complementarias:
- El discurso del Pan de Vida es fundamental para entender el sentido de la Eucaristía.
- Jesús es el Pan vivo que ha descendido del cielo, viene de Dios, fuente de vida eterna.
- Jesús, "el pan que yo daré es mi carne", anticipa su sacrificio en la cruz. Entrega su cuerpo por la vida del mundo. Es el sentido de la Eucaristía, el pan, cuerpo de Cristo.
- Enfatiza la eucaristía, comer su carne y beber su sangre es importante para vivir eternamente. La participación en la Eucaristía no es una mera presencia ritual, sino una vivencia en la vida de Cristo, más allá de la sacristía con consecuencias en la eternidad, la resurrección el día final.
- Jesús le da así una realidad profunda espiritual a la Eucaristía, proporcionando aquello que el mero alimento terrenal no puede dar.
- La Eucaristía, al comer su carne y beber su sangre hay una comunión con Jesús.
- Conecta la vida que recibe del Padre y la vida que él da a quienes participan de su sangre y de su cuerpo. Y así como Cristo vive por el Padre, el creyente vive por Cristo. Es la comunión permanente que cada uno tiene con Cristo.
Palabra del papa Francisco:
La Eucaristía es Jesús mismo que se dona por entero a nosotros. Nutrirnos de Él y vivir en Él mediante la Comunión eucarística, si lo hacemos con fe, transforma nuestra vida, la transforma en un don a Dios y a los hermanos. Nutrirnos de ese «Pan de vida» significa entrar en sintonía con el corazón de Cristo, asimilar sus elecciones, sus pensamientos, sus comportamientos. Significa entrar en un dinamismo de amor y convertirse en personas de paz, personas de perdón, de reconciliación, de compartir solidario. Lo mismo que hizo Jesús .
Jesús concluye su discurso con estas palabras: «El que come este pan vivirá para siempre» (Jn 6, 58). Sí, vivir en comunión real con Jesús en esta tierra, nos hace pasar de la muerte a la vida. El Cielo comienza precisamente en esta comunión con Jesús.
En el Cielo nos espera ya María nuestra Madre —ayer celebramos este misterio. Que Ella nos obtenga la gracia de nutrirnos siempre con fe de Jesús, Pan de vida.
(Ángelus, 16 de agosto de 2015)
Lectura del santo Evangelio según San Juan 6, 51-58
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».
Disputaban los judíos entre sí:
«¿Cómo puede este darnos a comer su carne?».
Entonces Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».
0 Comments